Con una mañana amenazante de lluvia pero sin que esta llegase a hacerse realidad, se celebró ayer la fiesta de la ermita, en la que los anguianejos se trasladaron hasta la ermita de Santa María Magdalena para celebrar en ella una misa, seguir con un vermú torero y participar en la comida campestre de hermandad. Terminada esta comenzó la procesión con la imagen de la patrona, encabezada por los danzadores sobre sus zancos, que bailaron hasta llegar a la iglesia de San Andrés, en el centro de la villa. Aunque en la ermita, por la meteorología no hubo mucha gente, el personal esperó a la procesión al final de camino para acompañarla hasta la iglesia.
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