«No parece un camino... Te lo imaginas porque sabes que antes había ahí uno, pero...». Suspira Guadalupe López, la edil de Agricultura del Ayuntamiento de Alfaro, al observar lo que ahora es un mar de piedras y rocas en lo que antes era ... el camino de Valdejimena, con el monte Yerga en el horizonte. O senderos troceados a zanjas de más de un metro de profundidad en Cabeza Gato. O, directamente, cómo ha desaparecido como si lo hubieran arrancado de una bofetada un metro de pavimento y quedan al aire en un largo tramo las tuberías de riego. Están rasgadas, resquebrajadas, llenas de piedras, tierra y maleza.
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La dura tormenta que arreció el viernes 7 de julio sobre La Rioja Baja afectó a 173 kilómetros de caminos de los 480 que recorren la red del término municipal de Alfaro. De ellos, 95 kilómetros han quedado en ruina, junto a otros 43 kilómetros intransitables, como recoge el informe municipal elaborado en las últimas horas cuando responsables, técnicos y agricultores han podido llegar a varias zonas. Eso sí, lo han hecho caminando.
Las faldas del monte Yerga son las zonas más afectadas, donde se concentran hectáreas de viñas cuidadas en su mayoría por viticultores de la vecina localidad de Aldeanueva de Ebro. Recuperarlos será una labor larga, complicada e ingente. Además de esos 138 kilómetros de caminos inutilizados por la tormenta y que difícilmente estarán en servicio este verano, otros 35 kilómetros de la extensa red alfareña reciben la calificación en el informe técnico de «acondicionables», con la esperanza de que podrán volver a ser transitados una vez reciban la labor insistente de las máquinas y de la cuchilla en manos de operarios municipales. Hay que retirar mucho escombro, irregularidades y volver a darles forma.
Finalizaba este lunes el plazo que el Gobierno de La Rioja había ampliado para que los ayuntamientos afectados puedan beneficiarse de las ayudas estatales para compensar los daños ocasionados por las tormentas, que en las últimas semanas han dañado desde La Rioja Alta a la Baja. El expediente del Consistorio alfareño también llama para solicitar ayuda con la que atender el destrozo que dejó una tormenta que arrojó con una fuerza que ningún agricultor de la zona recuerda: cayeron con intensidad inusitada 26 litros por metro cuadrado en quince minutos a eso de las 4 de la tarde de ese viernes sobre la cabeza de Yerga. Hasta las 22.30, acumuló 68 litros.
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Tras visitar a pie el terreno y estudiar los apalizados caminos, la valoración estimada en el expediente de daños del Ayuntamiento de Alfaro asciende a 1.750.000 euros. «No es la valoración de una obra normal, porque en la zona están involucrados distintos organismos: las tuberías de gas han quedado al aire, las de los sindicatos de riego aparecen escachadas, rotas, también al aire... Lo primero será limpiar todo y conocer todo el impacto», explica López. Ante el mapa y las imágenes de los 173 kilómetros de caminos dañados, la labor parece inabarcable. «Es de una magnitud inmensa... Y eso sobre lo que hemos podido visitar andando, porque hay otros muchos caminos a los que no tenemos acceso», describe la edil alfareña de Agricultura. Llegar más lejos en vehículo es imposible. Los socavones de hasta 4 metros y la desaparición de un metro de altura lo impiden. El Ayuntamiento intentará afinar y concretar los daños con la labor aérea de un dron.
¿Y por dónde empezar una tarea faraónica? «Debemos comenzar por recuperar los kilómetros que, entre comillas, se pueden transitar: con medios propios y trabajadores municipales, los limpiaremos pasando una y otra vez cuchilla para retirar las piedras y rocas –explica López–. Del convenio que tenemos con Aldeanueva, buscaremos a través de un contrato de servicios, que es lo que ahora podemos hacer administrativamente, mejorar los caminos que más utilicen ellos para salvar los tratamientos y salvar la vendimia».
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Ante la ruina total que dejó la tormenta del 7 de abril en decenas de caminos e infraestructuras de riego, su arreglo integral se aventura largo en el tiempo. Tanto por el procedimiento de petición de ayudas ya en marcha y atención de los seguros de los sindicatos de agricultores como por el procedimiento para la redacción de los proyectos y la licitación pública y ejecución de los trabajos, siempre partiendo de la burocracia y tiempos más lentos de lo deseables en la Administración. Y más cuando estarán involucradas distintas administraciones, sindicatos de riego, de suministro... Será una tramitación larga hasta el proyecto y la contratación y puesta en marcha de su ejecución.Desde esa perspectiva, la responsable de Agricultura alfareña, Guadalupe López, lanza un deseo: ojalá la vendimia de 2024 pueda realizarse con la normalidad de caminos arreglados y a disposición. Por ello, advierte de que ésta de 2023 será una campaña anómala, complicada y que requerirá mucha empatía. «Va a ser necesaria mucha solidaridad y colaboración entre los agricultores porque se van a tener que ir cediendo unos a otros pasos, pues hay zonas que tendrán muy difícil acceder –anima–. Y, en vendimia, el camión no podrá llegar y dejar el contenedor en la finca como estaban acostumbrados, con lo que tendrán que dar mucha vuelta con los tractores».
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