Miguel Herreros

¡Aquí hay un torero! Fabio Jiménez triunfa en Alfaro

El novillero riojano corta dos orejas y sale por la puerta grande

Domingo, 15 de agosto 2021, 21:54

Cuatro novillos de Juan Pedro Domecq esperaban en chiqueros y en el patio de caballos un montón de sueños. Todos agolpados buscando hacerse realidad. Era día de apostar. Son tiempos de jugársela y ellos, tanto Fabio Jiménez como Nabil 'El Moro', lo saben. Cada tarde ... cuenta en este rocoso camino de querer ser torero. Rompió el paseíllo en la coqueta plaza de Alfaro dos años después. La maldita pandemia nos ha robado mucho. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas que está dejando a su paso y sonó el himno nacional. Despejada ya la plaza, era la hora de la verdad.

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Fabio volvió a su casa, su plaza en la que se presentó hace un par de años. Se notó en él el paso del tiempo. Volvió más cuajado, más torero, con las ideas más claras y el concepto más depurado. A la verónica se lució en su primero ante sus paisanos. Algunos pasajes con absoluta cadencia, templadas y con mucho gustó. A su gente le brindó la faena. Una obra que cimentó principalmente por el pitón derecho, por el que mejor embestía. El joven riojano trató de ligar series con empaque, tirando del novillo que tomaba los vuelos con celo. El viento afeó algunos pasajes cuando comenzó a soplar fuerte a mitad de faena. Con la zurda bajó en intensidad la obra, que abrochó después por manoletinas. Con la espada se atragantó. Y mucho. Le costó solventar la papeleta, pero la afición le recompensó con una fuerte ovación de cariño. Un soplo de… ¡Ánimo! Queda otro.

Feria de San Roque y San Ezequiel

  • Plaza de toros de Alfaro. Feria de San Roque y San Ezequiel. Novillada sin picadores. Se lidiaron novillos de Juan Pedro Domecq, bien presentados y de variado juego. El 1º, exigente y con brío; el 2º, noble y con calidad; el 3º, bueno, aunque incierto en ocasiones; y el 4º, extraordinario, premiado con la vuelta al ruedo.

  • Nabil 'El Moro', de coral y oro. Silencio y saludos.

  • Fabio Jiménez, de tabaco y oro. Saludos y dos orejas.

En su segundo no quiso dejarse nada en el tintero. Con el capote volvió a lucirse a la verónica, con la misma suavidad con la que ejecutó todas las suertes. A Tomás Campos le brindó el toro, antes de comenzar a crear la mejor faena de la tarde. Qué forma de interpretar el toreo, con sus defectos de principiante, por supuesto. Con el mentón hundido, despacio, sin prisa, cruzándose al pitón contrario, desafiando al novillo con la mirada. Con series con la mano diestra compuso la primer parte. El viento se presentó después para nada bueno. Pero el joven Fabio apostó y continuó en la misma línea. Jugó con inteligencia los tiempos y los terrenos. Por el pitón izquierdo la faena no cogió intensidad y volvió a la mano diestra por donde continuó recreándose en la búsqueda de la belleza, descifrando los misterios del toreo para pellizcar fuerte. Gran tarde de un novillero que busca ser torero. Tablas tiene. ¿Futuro? El tiempo lo dirá, pero hoy, demostró que puede.

Con una larga cambiada de rodillas en el tercio recibió 'El Moro' a su primero. Le siguió un ramillete de verónicas con el que pulseó las primeras embestidas de un Juan Pedro que tomó siempre los engaños con brío. Nabil estaba ante un novillo que tomaba los vuelos de la muleta con celo, pero que exigía mucho, tanto una buena colocación como mucha firmeza en las muñecas. Faltó eso, poder. Persiguió el 'juanpedro' la pañosa con fiereza, y al joven navarro, descolocado ante las dificultades, le costó hacerse con el temperamental carácter del novillo, que prácticamente llegó entero al final. La suerte suprema se le atravesó. También en su segundo, un novillo algo más templado. Trató el navarro de acoplarse, de uno en uno con la diestra en las primeras series. Por el pitón izquierdo sacó algo más genio el toro, pero al final, en los últimos compases, le robó al natural los mejores pasajes de su pasó por Alfaro. Conectó fugazmente con el público que le tributó una ovación de despedida. La tarde tenía triunfador, y a hombros de sus amigos abandonó Fabio la plaza.

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