Pepa Castillo expuso con afán divulgativo la importancia del Ebro. E. P.

Sobre caminos de agua en Alfaro

Pepa Castillo expuso en la tercera conferencia del 'Graccurris 2.200' la importancia de la navegabilidad del Ebro

Lunes, 19 de julio 2021, 02:00

«Los ríos eran caminos por los que se andaba». Con esta descripción inició Pepa Castillo en la velada de este viernes la tercera conferencia del ciclo 'Graccurris 2.200', con el que el Ayuntamiento de Alfaro y Amigos de la Historia celebran el 2.200 aniversario de la fundación romana de la ciudad.

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Con más público en la sala Florida que en la anterior cita –que el 2 de julio coincidió con partido de fútbol de España en la Eurocopa– la profesora de la Historia Antigua de la Universidad de La Rioja subrayó ante unas 60 personas la importancia de la navegabilidad de los ríos en la charla titulada 'El Ebro como vía de comunicación en época romana'.

El Ebro, junto al Guadalquivir, el Nilo y el Tíber eran vistos por los romanos como divinidades, como citaba Claudiano. «Eran así considerados por ser muy necesarios para la vida de las gentes que los poblaban y para Roma por lo que transportaban: el aceite tanto para alimentación como para iluminación por el Guadalquivir; el Nilo como puerto de salida del granero del imperio o el Ebro para llevar la cerámica de Tricio, que se suministraba a todo el imperio», describió Castillo.

«El río marcó la pauta de una ordenación territorial, pero no tanto por la necesidad de agua sino por la navegación»

La importancia del Ebro vino multiplicada, a su juicio, por la de la cerámica tritiense que, explicó la profesora, llegó a tener una calzada para conectar por Roncesvalles con el Rin y el Danubio para el resto del continente.

De esos cuatro fundamentales, señaló que la navegabilidad era siempre río abajo, excepto para el Tíber, que la tenía río arriba «con mucha dificultad» para recibir lo que llegaba de otras zonas del imperio a Roma.

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Pauta territorial

Primero con Celsa como destino principal y después con Caesaraugusta, Graccurris aparece en el eje estratégico del Ebro junto a Cascantum, Calagurris y Vareia. «El río marcó la pauta de una ordenación territorial, pero no tanto por la necesidad de agua sino por la navegación», subrayó Castillo. Así, subrayó que «las ciudades en la península se promocionan y ganan importancia gracias a estar junto a ríos navegables: los valles del Ebro y el Guadalquivir se convierten en las zonas más pobladas de la península».

En este punto, sobrevoló en el ambiente la pregunta que surgió a José Antonio Hernández Vera en la charla inaugural del 'Graccurris 2.200'. ¿Tuvo la ciudad puerto? Hernández Vera lo dio por hecho. Pero Castillo apuntó que es «casi imposible saber dónde había embarcaderos porque se hacían en madera y, con las crecidas, desaparecieron». De hecho, expuso que los primeros vestigios de puertos se remontan solo al siglo XIX.

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También presente en la conferencia, Hernández Vera y Castillo coincidieron en que la conexión por el Alhama entre Graccurris y Contrebia Leukade es complicada de certificar. «Era muy difícil por el desnivel», explicó Castillo», quien sí considera que los afluentes del Ebro pudieron ser navegables en sus primeros kilómetros.

Sobre las embarcaciones que surcaban el Ebro, Castillo lamentó que tampoco hay documentación pero indicó que «seguramente eran anchas y con fondo plano y de una eslora de 20 metros para transportar entre 30 y 40 toneladas».

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