La patrona guía a la normalidad

Ahora sí. A no ser alguna rara excepción de quien haya guardado para estas fechas sus vacaciones, a los alfareños no les queda otra hoy que reincorporarse a la normalidad, a su día a día, sea laboral, estudiantil u otros. A la carrera de la última suelta de reses bravas y con sabor tradicional a asado de chistorra y panceta, los alfareños despidieron en la tarde noche de ayer sus terceras y últimas fiestas del año, las que han dedicado desde el pasado jueves a su patrona, la Virgen del Burgo.

Arropando con chaqueta la considerable bajada de temperaturas sentida ya en la tarde del sábado, los alfareños despertaron al domingo sin prisa. Pero preparados para recibir al mediodía la llegada de la primera etapa de la novena Carrera Popular Ruta Jacobea del Ebro, que tomó salida en Rincón de Soto a las 11 de la mañana.

La llegada de los atletas a la plaza del Trinquete ya dio ambiente al mediodía, animada también con hinchables en la Puerta Tudela para los más pequeños. Y la música la puso la Agrupación Musical Alfareña, que ofreció un pasacalles durante el mediodía desde la plaza de España y a lo largo de las calles Tudela, Trasmuro y otras próximas a la iglesia parroquial del Burgo. Porque han sido las calles de los barrios vecinos de la patrona los escenarios de estos días de fiesta.

Por ellas discurriría por la tarde la tercera y última suelta de reses bravas, que volvió a reunir a cientos de personas, sobre todo al otro lado del vallado. Citas, carreras, recortes, defensas en las barreras... El peculiar recorrido por varias calles enlazadas dejó emoción y encuentro entre cuadrillas que apuraron las horas festivas, antes de terminar con 'terraceo' o degustación de asado.