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La catástrofe llorada por las consecuencias fatales de la dana en Valencia ha puesto todos los ojos y la atención de las administraciones y ciudadanos en mejorar los sistemas de alerta ante la advertencia de emergencias naturales. Antes de que ocurriera el desastre humano y material en varias zonas del Levante, a muchos alfareños que acostumbran a pasar por los pantanos de La Molineta les había llamado la atención la instalación a su vera de unos altavoces sobre postes. Es el sistema de alerta colocado para avisar a la población próxima por alguna incidencia grave en la estructura y estabilidad de unos pantanos que en este 2024 han cumplido 120 años de presencia y uso.
La Ley 11/2005, de 22 de junio, introdujo un nuevo artículo, el 123 bis, dedicado a la seguridad de presas y embalses con el propósito de proteger a las personas, al medio ambiente y a las propiedades. Durante el año pasado, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico introdujo a ese texto unas normas técnicas de seguridad para las balsas, entre ellas la clasificación de cada una de ellas para la elaboración e implantación de planes de emergencia. En esa clasificación, los pantanos de La Molineta están catalogados de tipo A, como muy peligrosos. Es la misma catalogación, a pesar de su diferente tamaño, que recibe el pantano de Yesa. Esto se debe a la proximidad, bajo su talud, de zona habitada y, sobre todo, de las instalaciones del polideportivo municipal, muy utilizadas durante todo los días del año por cientos de alfareños de todas las edades.
Esos altavoces son la parte visible del sistema de prevención y alerta instalado por el Sindicato de Riego, encargado de la gestión y mantenimiento de las balsas. La importante inversión ha llevado también a la colocación de sensores a lo largo de los dos pantanos. «Han hecho ya distintos simulacros para que, si en un momento determinado, por una zona u otra, el pantano rompiese, conocer hacia dónde iría el agua y avisar a la población por las sirenas de los altavoces», explica la edil de Agricultura y Medio Ambiente del Ayuntamiento alfareño, Guadalupe López.
Los sensores marcan el nivel de agua con el que han de contar los pantanos. En caso de superarlo, la alarma se activaría. Sonaría sobre todo en la zona del polideportivo, el espacio habitado más próximo a los pantanos y que más sufriría los efectos de la rotura de un embalse que cumple 120 años sin problemas.
Otra de las obligaciones adquiridas por este sistema preventivo, dentro del continuo mantenimiento de seguridad que establece, es contar con un ingeniero que realiza un estudio sobre la situación de los pantanos cada mes. A la par, el Sindicato de Riego ha de constituir un comité de emergencia, en el que participarán representantes suyos, del SOS Rioja y del Ayuntamiento.
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