Un pabellón con goteras que nadie asume

Inaugurado en 1995, la instalación cumple una década y desde hace tiempo sufriendo goteras en episodios de lluvias y tormentas, un desgaste en su cubierta que ha ido yendo a más y ha multiplicado las zonas afectadas. Como consecuencia, la pista de goma sufre levantamientos e irregularidades en distintas zonas, además de la influencia negativa que supone en momentos de entrenamientos o partidos, donde su entorno queda impracticable.

Para evitar resbalones, caídas o lesiones de sus jugadores, los clubes de baloncesto y de fútbol sala que lo utilizan para entrenamientos por las tardes acostumbran a señalar las goteras con conos. Cuenta con más de treinta. Algunas necesitan cubos para recoger el agua porque son casi un grifo abierto. En uno de los fondos, la erosión ha roto la pista de goma y ya salta el polvo de la solera sobre la que se asienta.

Además de en la pista, esas goteras escenifican su presencia más preocupante a la entrada del edificio: un hilo de agua cae cuando llueve a través de los fluorescentes que la alumbran. «Electricidad y agua no son buenos compañeros, ¿no?», denunciaba hace unos días un entrenador de formación en pleno episodio de copiosas lluvias.

Otra consecuencia de ese deterioro en la cubierta y la situación de sus ventiladores es que el trabajo de la calefacción resulta casi inútil. Así lo han comprobado una vez más jugadores, técnicos y público durante esta semana de frío gélido en la que el pabellón no ha ganado temperatura a pesar de tener la calefacción encendida, con la correspondiente pérdida de eficacia energética.

En la celebración de su 20 aniversario, la directiva del Club Baloncesto Alfaro reclamaba el sábado 21 de enero, una vez más, soluciones a las autoridades. La grada, repleta de familiares y amigos de jugadores de todas las edades, respondió con una ruidosa ovación a la petición.

Lleva el club reiterando ese mantenimiento y arreglo prácticamente durante una década a las distintas corporaciones locales y ejecutivos regionales, sean del color político que sean. Antes con Yolanda Preciado y Pedro Sanz y ahora con Julián Jiménez Velilla y Concha Andreu.

Pero cuando los clubes y usuarios reclaman al Ayuntamiento, sus representantes indican que el pabellón es del Gobierno de La Rioja, vinculado al instituto y a las competencias de Educación. Cuando reclaman al Gobierno de La Rioja, les dicen que la responsabilidad es del Ayuntamiento porque es la entidad que permite el uso vespertino para entrenamientos. Y si la pelota vuelve a la Comunidad Autónoma, se la pasan de Deportes a Educación pese a pertenecer ambas direcciones generales a la misma consejería.

La situación de la instalación también saltaba al último pleno de la Corporación alfareña. «Hay que dirimir de una vez por todas a quién corresponde solucionar las goteras del pabellón, porque están afectando ya a la pista», exigía el portavoz popular, Jesús Pérez-Ligero. «Está hecho un desastre –reconocía la edil de Deportes, Juventud y Festejos, Raquel Pedraja–. Pero no es competencia municipal. Llevamos toda la legislatura detrás de poder definirlo y estamos en conversaciones para que lo haga la Consejería de Educación». «Falta un convenio que nunca se ha hecho que defina a quién le corresponde el mantenimiento, pero la reparación le corresponde a la Consejería», apuntó el alcalde Julián Jiménez Velilla.