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El Ayuntamiento alfareño ha concluido el año con dos nuevas propiedades sumadas al patrimonio municipal: los terrenos de la antigua 'casa del cura' en la parte trasera de la colegiata de San Miguel y los que se destinarán a construir el nuevo cuartel de la Guardia Civil para la localidad y su entorno.
Contemplados los gastos para estas compras en el Presupuesto municipal para 2023, el Consistorio les ha dado forma a lo largo del mes de diciembre. «Estando de acuerdo con ellas, hemos buscado sacar adelante las compras previstas en el Presupuesto 2023, y también en el de 2022, para que no se arrastren y perjudiquen al de 2024 repitiendo inversiones», explica la alcaldesa alfareña, Yolanda Preciado.
La adquisición del terreno para el cuartel de la Guardia Civil se firmó ante notaría el 11 de diciembre con la familia propietaria por 339.487,91 euros para las dos parcelas de 1.914 y de 9.904 metros cuadrados. «Al Ayuntamiento le interesa que la Guardia Civil se consolide en Alfaro, en una nueva ubicación –expone la regidora alfareña–. Este equipo ha continuado con el lugar que el anterior había decidido, pues es una zona adecuada, con buenas salidas para la comunicación de sus agentes».
La compra es el último paso a dar por el Consistorio para este objetivo de contar con una nueva casa cuartel, un propósito barajado por la Corporación desde 2018 y que ha llevado en este tiempo a distintas negociaciones y búsqueda de la localización adecuada. «Una vez declarada por el Ayuntamiento como parcela equipamental y con el acuerdo alcanzado para la compra, la cederemos al Ministerio del Interior para ejecutar el cuartel de la Guardia Civil. El Ministerio tendrá que proceder, presupuestar...», insta Preciado.
Los pasos para la otra compra, la de los terrenos donde se ubicaba la 'Casa de los curas', tuvo su aprobación en el último pleno ordinario del año, el 26 de diciembre: con los votos a favor de Partido Popular y Partido Socialista y la abstención de Izquierda Unida-Podemos, el pleno aprobó resolver y poner fin al convenio firmado el 12 de septiembre de 2006 entre Ayuntamiento y Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño. Aquel documento planteaba construir un inmueble para usos públicos y parroquiales sobre el terreno cedido por la Diócesis al Ayuntamiento. Pasados 17 años, el contenido de ese convenio no se ha ejecutado. Pero toda esa zona trasera de la colegiata de San Miguel ha quedado urbanizada con plazoleta, escaleras hacia la plaza Esperanza... «Como el entorno de San Miguel está urbanizado, pasados los doce años que tenía de plazo el Ayuntamiento para actuar, la Diócesis pide la remuneración que le corresponde», explica la alcaldesa.
Después de este paso dado por el pleno, el Ayuntamiento acordó con la Diócesis la compra de estos terrenos por un valor de 69.468,80 euros.
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