Muere el misionero alfareño de los olvidados

Nacido en Alfaro el 2 de octubre 1929, hijo del primer director de la Azucarera, dedicó su vida a la educación y ayuda de los descastados en la India tras ingresar en la Compañía el 3 de septiembre de 1945 y realizar el noviciado de los jesuitas. Se ordenó en Pune (India) el 24 de marzo de 1960, después de haber sido profesor de Filosofía en Shembaganur (1950-1953).

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Desde entonces, setenta años entre los olvidados, entre los últimos de la India. Fue profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Ahmedabad entre los 33 y los 60 años y director del Centro de Recursos para el Desarrollo Humano (de 1966 a 1989), montó cooperativas con los descastados que supusieron una auténtica revolución en pueblos olvidados de la provincia de Gujarat en las décadas de los años 70 y 80, defendió hasta el Tribunal Supremo los derechos de los parias frente a la casta superior, los bramanes, tras el asesinato de cuatro dirigente de sus cooperativas…

Tras jubilarse, fue párroco durante una década en Khambhat para hacerse cargo a los 70 años de la residencia de estudiantes de Surat (de 2003 a 2013), impulsó apoyado por Alfajóresis aulas para menores de 10 años en la escuela Adivasi Vidyajyot, juntos financiaron con aportaciones de empresas y particulares desde 2018 diez escuelas en una decena de pueblos… Festivales escolares, torneos de baloncesto, conciertos… ayudaron desde Alfaro a su financiación.

La última vez que visitó su pueblo fue en marzo de 2019, cuando compartió visitas y, también, un café-tertulia con otra misionera alfareña, Tere Fernández, que dedicó su vida a Venezuela. La Asociación Alfajóresis, que tanto le apoyó desde que contactó con él en 2012 (como a los otros misioneros alfareños), le ha recordado como «un ejemplo de entrega a Dios entre los más pobres, entre los dalits, son sin casta».