Alfaro

El lugar donde se forman los soñadores

Suena un teléfono rojo. Aparece un joven y lo cuelga. No quiere que haya interrupciones del mundo real. Hay que abrir las puertas al de los sueños, al del escenario, donde todo es posible aunque les hayan dicho mil y una veces que es imposible vivir del arte. Vivir de los sueños. Fue el punto de partida de la muestra que ofrecieron este viernes en la sala Florida de Alfaro para cerrar su primer trimestre los doce alumnos de Csael, el Centro Académico Superior de Artes Escénicas de La Rioja.

Csael es el sueño de años de la alfareña de adopción Arrate Sánchez, cantante y artista, profesora y directora de su academia de música Lenguaje para el Alma. «Mis alumnos interesados en las artes escénicas, o los del bachillerato de Artes de Corella o del Batalla de Clavijo de Logroño, tenían que salir fuera para continuar su formación... o cerrar su sueño», describe. Tras meses de trabajo, Csael abría en Alfaro sus puertas en septiembre para iniciar su primer curso. Se convertía en el primer centro que ofrece en La Rioja una formación académica completa y homologada en artes escénicas.

Doce alumnos de la ribera riojana y navarra, de Logroño y Haro se apuntaron a compartir sueños. Son los protagonistas de su primer curso, para convertir su vocación en camino laboral. Porque frente a los prejuicios que existen por lo difícil que pueda ser vivir de ser artista, en Csael les guían precisamente para que se convierta en su modo de vida. «Es una formación profesional. Les preparamos para una carrera. Las artes escénicas es una profesión vocacional, debes amarlo y desearlo, pero es una industria y tienes que tener las herramientas suficientes para salir al mundo laboral», instruye.

La formación de Csael se basa en tres premisas: es un centro seguro, porque «nadie puede ser creativo en un sitio donde no se siente seguro»; los profesores, todos graduados superiores en sus distintas materias, imparten una formación que a ellos les hubiera gustado tener; y, por ser centro privado, puede individualizar la atención a sus alumnos, porque «no todo el mundo necesita lo mismo ni al mismo tiempo». «A pesar de ser un grado superior y trabajar con rigor, puede haber rigor con cariño y podemos impartir asignaturas que creamos, como Laboratorio de Ideas, que enseña a ser autónomo, a realizar performances en las calles, etc.», describe Sánchez.

En el fomento del equipo para brillar juntos, los alumnos se lanzaron a compartir sus sueños en la muestra que ofrecieron en la sala Florida. Fue un compendio de lo aprendido en este trimestre: actuación, danza contemporánea, teatro musical... Y, sobre todo, fueron sinceros con sus sentimientos. Ellos, personas que desde pequeñas tenían un escenario y un público en su cabeza, escribieron cada escena, en muchas abriéndose en canal. «Quiero ser lo que se espera de mí y yo a la vez», fue una de las frases en las que defendieron su pelea por bailar, cantar, interpretar a pesar de lo que digan y frenen los demás. Por soñar como niños. El público les ovacionó en pie.

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