Diego Urdiales saluda después de terminar la faena con uno de sus toros. FERNANDO DÍAZ
Toros | Alfaro

Urdiales, por encima de todo

El diestro riojano desorejó al segundo toro de la tarde en la plaza de Alfaro tras cuajarlo de manera colosal por el pitón derecho

Miércoles, 16 de agosto 2023, 22:26

El patio de caballos tenía ambiente de día grande. La cosa no era para menos y es que Morante de la Puebla, Diego Urdiales y Juan Ortega con astados de Guadalmena estaban anunciados en el cartel estrella de la feria de Alfaro. La tarde, sobre ... el papel, pintaba de fábula pero el juego de los toros no fue a favor del espectáculo.

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Morante de la Puebla se abrió de capote con gusto y parsimonia. Lo llevó toreando a los medios, con medio compás abierto, donde remató con una chicuelina. El inicio de faena fue una belleza con el de la Puebla junto al estribo. El toro no acabó de ir entregado en la muleta y el coletudo citó con firmeza y suma suavidad. Lo intentó al natural e incluso firmó pasajes de bella factura con la zurda. Marró con el acero y tuvo que hacer uso del verduguillo.

El cuarto de la tarde salió con pies y Morante saludó con gusto por verónicas. No acabó de romper la faena de muleta y eso que el cigarrero se mostró voluntarioso firmando algún muletazo de calado. Falló con la tizona.

Plaza de toros de Alfaro

  • Toros de Guadalmena.

  • Morante de la Puebla, de azul añil y oro, silencio y ovación con saludos.

  • Diego Urdiales, de azul marino y oro, dos orejas y ovación con saludos desde el tercio.

  • Juan Ortega, de blanco roto y azabache, silencio y pitos.

  • Incidencias: Urdiales, a pesar de haber cortado dos apéndices, salió por su propio pie.

El segundo de la tarde fue un astado que apretaba para los adentros. Urdiales aguantó y salió a los medios con él. El astado no se entregó en el caballo y de remate pegó un volatín. El arnedano toreó muy encajado poniendo su alma para templar la embestida bruta del animal. Lo que hizo Diego Urdiales con la mano diestra está al alcance de muy pocos espadas. Toreó roto, esperando y cargando la suerte. Llegó la hora de enterrar el acero y dejó una estocada contraria. Cortó dos orejas.

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Urdiales saludó al quinto meciendo las muñecas con mucha suavidad. Comenzó la faena toreando, sin probaturas, a un toro que no paraba. Urdiales hizo un esfuerzo y toreó encajado. Redujo la embestida del burel a base de toreo del caro, echando los vuelos con parsimonia logrando enjaretar muletazos que atemperaron al animal. Por el izquierdo no regaló ni una embestida y eso enfrió al público. Volvió al derecho para rematar la faena con mucha torería. Se perfiló para la suerte suprema y enterró el acero, arriba, a la segunda.

El diestro riojano, a pesar de haber cortado dos orejas a su primero, abandonó la plaza por su propio pie

Ortega no acabó de tener opciones con el capote en el tercero de la tarde. Le tocó en suerte un astado deslucido que no regalaba una embestida. Se mostró dispuesto pero el toro, que tenía su aquel, no dejó que el sevillano se expresara. No atinó con la tizona.

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El sexto no rompió en el capote de Ortega que le dio castigo en el caballo. Perdió las manos en el inicio de faena. Ortega no acabó de coger el aire del cierraplaza y optó por abreviar. Cuando el diestro fue a tomar la espada comenzó un aguacero que hizo que el público, entre protestas hacia Ortega, saliera apresurado del coso alfareño.

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