La tormenta de granizo del lunes, además de caer en Igea, también afectó al municipio de Grávalos donde dañó viñas que sus agricultores tienen tanto en su término como en el de Alfaro.
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El pedrisco, acompañado por agua, apareció en Igea aproximadamente a las 14.30 horas y poco después la granizada llegó a Grávalos. Aquí tiñó de blanco el casco urbano, pero no produjo desperfectos. Por contra, provocó considerables destrozos en las viñas, según comentaban ayer en la localidad.
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Los terrenos donde se cultiva uva limitan con Alfaro y se vieron perjudicadas las fincas de ambos pueblos en esa zona de muga. Sin embargo, no afectó al linde de Grávalos con Cervera del Río Alhama.
La piedra, que llegó a alcanzar el tamaño de una ciruela, arrasó en Igea productos hortufrutícolas grandes como melones, sandías y calabazas, en huertas de autoconsumo, en las inmediaciones del casco urbano.
También tiró al suelo nueces en parcelas cercanas el pueblo donde se calcula que el granizo echó por tierra entre el 60 y el 70% de este fruto en estas fincas.
Por fortuna, esta vez se libraron del pedrisco los frutales de Finca Señorío de Rioja que se extienden por el Linares (Cornago, Igea y Cervera en La Rate).
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