San Francisco no guarda una cripta

No hay cripta. El espacio bajo la losa de los fundadores del Patronato de Santiago y Santa Isabel en el templo abandonado alfareño alberga únicamente sus restos, sin ningún acceso a cripta alguna.

Es la respuesta que ha dejado la segunda fase de la campaña 'Salvemos San Francisco', iniciada en mayo pasado por el alfareño Enrique Melero Soldevilla con el apoyo de la Asociación Amigos de la Historia de Alfaro y el colectivo Hispania Nostra con el objetivo de preservar parte de la historia de la iglesia que permanece sin culto desde mediados de los años 90 y bajo el riesgo informado de colapso desde hace año y medio.

En la tarde del miércoles, con la supervisión de los arqueólogos alfareños Miguel Martínez Baldero y Antonio Aguirre Martínez y la presencia de miembros de la junta directiva de Amigos de la Historia, operarios de la empresa Construcciones y Obras Alfaro procedieron a levantar la lápida funeraria que cubría la tumba de los fundadores del Patronato, Santiago de Tejada (1800-15 de abril de 1877) e Isabel de la Pezuela, fallecida el 27 de agosto de 1894.

Tras sus defunciones y enterramientos, no quedó documentación que describiera y confirmara para la historia qué había bajo la losa. La creencia popular heredada durante décadas dejó la sospecha, o quizá el deseo, de que pudiera haber una cripta que descendiera unos escalones bajo el suelo del templo para albergar varias tumbas. Encontrar respuestas fue el segundo objetivo de la campaña de micromecenazgo 'Salvemos San Francisco'.

«Se procedió al levantamiento de la losa y se comprobó que había otras dos –describe sobre ese íntimo momento Charo Cordón, presidenta de la Asociación Amigos de la Historia de Alfaro–. Levantada una de estas losas, se apreció que era una tumba individual, forrada de mármol y separada de la otra tumba por una pared». Esa primera tumba correspondía a Santiago de Tejada. Los arqueólogos la fotografiaron y documentaron para volver a cerrarla. «Abierta la segunda losa, se efectuó el mismo proceso de fotografiar y documentar, viéndose que era la tumba de doña Isabel de la Pezuela –relata Cordón–. Y se comprobó que no hay cripta».

De este modo, la inspección comprobaba y documentaba para la historia que bajo la lápida sólo se encuentran dos enterramientos, los de los de los fundadores. Tras los trabajos, los operarios procedieron al cierre de las tumbas. Pero con un aporte: un espacio para guardar junto a los de los fundadores en cajas los restos óseos que habían aparecido en la primera fase de esta campaña bajo la tarima de la iglesia.

Hay que recordar que Melero inició la campaña popular de micromecenazgo en mayo con una intención: dar un enterramiento digno a los restos óseos que aparecieron al retirar la tarima del suelo para apuntalar el apeo que sostiene dos arcos del templo con riesgo de colapsar y que se acumularon en un montón junto a escombros de tierra y ladrillo. Eran seis tumbas familiares de los Vallés, los Urtubia...

La primera petición de dinero era para desescombrar, separar los restos óseos y dar un entierro digno a esos alfareños. Precisaba 2.321 euros, que se consiguieron gracias a diversas donaciones. La segunda requería 6.997 que han podido completarse gracias a las aportaciones de Hispania Nostra a los donativos.

Esa primera fase concluyó en septiembre, guardando los restos estudiados por Martínez Baldero en cajas para darles sepultura. «En el hueco que queda entre las dos losas y la lápida de los fundadores, y siguiendo los procedimientos que establece Patrimonio, se colocaron las cajas que contenían los restos óseos recogidos y catalogados en la actuación de la primera fase –describe Cordón–. Tras esto se procedió al sellado de la tumba».

El proceso 'Salvemos San Francisco' se cerrará cuando los expertos firmen los informes. De este modo, y mientras el futuro del templo sigue bajo la sombra de la incertidumbre y la amenaza de ruina, confluyen las dos fases impulsadas por un vecino que no quiere perder ese patrimonio alfareño.

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