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La Fonda de Alfaro cumple 100 años siendo la casa de todosEl 6 de octubre de 1924 el Ayuntamiento de Alfaro expedía la licencia de apertura para la casa de huéspedes que impulsaba el matrimonio que formaban Julián Teodoro Moreno y Guadalupe Fernández. Era la continuación y ampliación del negocio de atención a visitantes y vecinos que cuatro años antes habían iniciado con un comedor en la misma calle Bordas –hoy San Antón–. Era el inicio de una historia que este domingo cumple un siglo y que continúan sus nietos, Pilar y Ramón Moreno.
Funcionario del Ayuntamiento de Alfaro, Julián Teodoro era también comercial de una empresa de calzado. Quizá de sus muchos viajes al Levante entendió la necesidad de atender al viajante. Y en septiembre de 1920 puso en marcha un pequeño restaurante. Fue bien. Y el matrimonio decidió cuatro años después ampliar el servicio, a una casa de huéspedes que llevó el nombre de Hostal Moderno. Pero que todo alfareño conoció y sigue conociendo como La Fonda. Por mucho que tras lo renovación total realizada hace catorce años le rebautizara como Hotel HM Alfaro, para los vecinos seguirá siendo La Fonda.
El establecimiento, hoy Hotel HM Alfaro, cumple un siglo de servicio.
Imagen de la fachada del Hostal Moderno a mediados del siglo XX.
Con medio centenar de empresas centenarias en La Rioja, sólo en Alfaro es más antigua Bodegas Campo Burgo, que nació en 1890. Y siempre ha pasado de generación en generación, como la segunda, en la que se sumaron Vicente Moreno y Mari Fe Aznar. Tras ellos, sus hijos. «Nacimos con un plato en la mano, absorbiendo toda la esencia de un negocio familiar y, por supuesto, echando una mano. Y el cliente nota esa sensación de estar en familia –relata Pilar sobre la esencia del establecimiento como alojamiento–. De siempre, nos hemos querido ceñir a los trabajadores, de cualquier tipo de ámbito: aquí han estado y están en largas estancias obreros de empresas, profesores, de Correos... y en un tiempo hasta curas. Ellos vivían aquí... ¡vivían! Y vivían con nosotros». A muchos, Vicente bajaba a la estación de tren a buscar y acercar a los clientes. Hoy está colgada de una pared.
Ese trabajador que ha pasado a lo largo de estas diez décadas por La Fonda la ha convertido en su casa. Porque necesitaban un lugar que sentir como hogar al permanecer durante meses en la ciudad. E incluso años. Y la familia Moreno se ha convertido en la familia para mucha gente durante estas tres generaciones. «No vienen a comer ni a dormir. Vienen a vivir... Hemos compartido muchas historias, hemos oído muchas confesiones...–agradece Pilar de esas sensaciones–. Hemos aprendido y aprendemos mucho de cada persona, porque cada uno somos diferentes. Y cada uno te aporta a ti como persona».
Comenzó con una planta. A las décadas se amplió a dos con quince habitaciones para encarar la tercera planta hace medio siglo. En abril de 2010 encaró su última reforma, la que le convirtió en el primer hotel riojano con un sistema geotérmico para reducir el consumo energético. Y renovó también su nombre, el HM Alfaro, con una estrella y veinte habitaciones.
La otra cara de La Fonda es el restaurante, con capacidad para más de 250 comensales. Esa es la parte que más conoce el alfareño. Ese es un lugar de felicidad, donde han compartido todo tipo de celebraciones. Donde van a seguir creando y disfrutando.
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