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Después de 6 años y 6 millones de euros de rehabilitación integral, de acoger la exposición La Rioja Tierra Abierta en 2011, la colegiata de San Miguel regresaba el 8 de enero de 2012 al culto. Y a los pocos meses, las fracturas en las ... columnas, la caída de cal de las paredes y el ascenso de la humedad por sus muros evidenciaban que su mal endémico seguía presente. Y dañando al templo.
Desde 2015, la parroquia y el Ministerio de Fomento han estudiado posibles soluciones. Entre ellas, varias catas, pruebas de nuevas fórmulas contra las humedades o, a primeros de 2018, picar el trascoro ante el desprendimiento continuo del mortero. Así permanece desde entonces.
De esos contactos llega ahora la confirmación a la parroquia por parte del Gobierno de España de una partida de 400.000 euros para acometer distintos trabajos que frenen las humedades, reparen los daños en las columnas y busquen evitar el desprendimiento de cal que ensucia el templo y obliga a continuas limpiezas por parte de voluntarios.
Durante 2020, Patrimonio del Gobierno de La Rioja contactó con la parroquia para que elaborara un proyecto de actuaciones para emplear esa ayuda. «Tenemos hecho el proyecto, ha pasado por el Ayuntamiento con la pertinente licencia de obra, por Patrimonio en Logroño y está en vías de que desde Madrid le den el visto bueno definitivo», describe el párroco de Alfaro, Carlos V. Esteban.
El plan de la parroquia con esa ayuda reserva 10.000 euros este año para avanzar el proyecto, adjudicarlo y ejecutar 100.000 euros en 2022 y 290.000 en 2023. «El proyecto plantea limpiar y dejar libre las paredes y columnas de toda la iglesia hasta una altura de metro y veinte desde el suelo para, después, cubrirlas con láminas verticales de madera colocadas a 4 centímetros de la pared que permitan respirar al ladrillo hacia afuera y combatir las humedades», explica el párroco.
El diagnóstico apunta que el revestimiento con otra capa de ladrillo colocado hace más de una década sobre la pared original puede que impida que ésta respire y se deshaga de las humedades. La colocación de estas láminas le permitirá dar salida a lo largo de todo el templo, unas láminas que podrán retirarse y sustituirse si es necesario. Tras esos trabajos para facilitar que los muros transpiren, el trascoro podrá recobrar su cubrimiento. Y la parroquia aspira a que se frene la capa de polvo y cal que cada semana han de retirar sus voluntarios para mantener digno el templo. «Queremos limpiar la cara interior de San Miguel», asiente Esteban. Además, la parroquia prevé el arreglo de algunos ladrillos desprendidos en las bases del pórtico y aspira a poder arreglar la fachada de la calle El Toril.
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