Cáritas abre este martes en Alfaro el dispositivo para temporeros

Porque la prevención sanitaria vuelve a ser, como el año pasado, una máxima de Cáritas al desplegar el dispositivo. Así, los temporeros reciben el servicio con un protocolo que busca el menor contacto posible: los voluntarios entran por un lado del edificio en las instalaciones del antiguo colegio José Elorza mientras los temporeros recibirán atención en el exterior desde otro acceso. Se repartirán por filas, en diversos turnos, según sea el primer día de atención o posteriores.

Por su parte, los 35 voluntarios se reparten en cuatro puntos: cocina, registro de atenciones, control de accesos con toma de temperatura y aplicación de gel y entregas de bolsa. De este último punto, para evitar exposición a riesgos de los más mayores, se harán cargo los voluntarios más jóvenes.

Junto a esa atención de primera necesidad, y reconociendo el esfuerzo de agricultores y empresas bodegueras en este apartado, Cáritas señaló este lunes en una nota de prensa el punto débil de cada campaña: el alojamiento. «Si queremos dejar de ver imágenes de personas viviendo en condiciones infrahumanas, debemos exigir a las partes implicadas un descanso digno para los temporeros tras su trabajo. Y pedimos a la sociedad que les acoja como lo que son, trabajadores. No se merecen un trato indigno o discriminatorio», reclama Marcos Montoya, técnico del programa de Temporeros de Cáritas.