«¡Que estamos sin casos, alcalde!», saluda feliz una vecina cuando Julián Jiménez Velilla cruza el umbral del Palacio Abacial. «Que seamos capaces de mantenernos», le responde también sonriente y esperanzado el primer edil alfareño.
En el descenso de la cuarta ola, la heredada de los encuentros alrededor de las fechas de Semana Santa, Alfaro llevaba desde el 28 de mayo por debajo de los diez casos activos. Y el descuento ha continuado hasta esta bienvenida cifra. Casi a la misma velocidad, el otrora omnipresente tema COVID iba restando peso en las conversaciones. Ya no departen sobre restricciones, sobre medidas permitidas, a qué familia le ha atacado… Poco a poco, las conversaciones de los alfareños han ido recuperando otros asuntos. Y, sobre todo, imaginan planes, encuentros. Vida. «¿Reservamos mesa este viernes para el concierto de Dani Fernández y Carlos Pérez?», comentaban este martes dos amigos en la plaza de España.
«Todos hemos sentido un gran alivio y esperanza al ver que llevamos días sin el virus en el pueblo. Algo estamos haciendo bien -asiente Beatriz Malumbres, que cumple su tercer mes como presidenta de la Asociación de Comerciantes de Alfaro-. Nos conocemos todos y estamos contentos al ver bien a nuestra gente».
Lejos quedan las restricciones que cerraron los comercios no esenciales y hostelería. Aún más aquel maremoto tras las no-fiestas de agosto pasado que multiplicó los contagios hasta los 297 contados el 4 de septiembre. Lejos el recuerdo de ser la primera localidad riojana que vivió un cribado masivo -para 4.869 vecinos-, que sufrió el primer confinamiento perimetral, el retraso de una semana en el inicio del curso escolar... Familias enteras pasaron semanas aisladas en sus hogares, rogando por noticias felices desde los hospitales, unos recuerdos difíciles de olvidar y que marcaron a muchos.
«La clave es la responsabilidad de cada uno de nosotros en intentar mejorar la situación. A la par, desde el Ayuntamiento hemos intentado mantener la actividad, como las piscinas el verano pasado, la agenda cultural siempre de forma controlada… Son muchas circunstancias... y quizá también nos ha acompañado la suerte de no haber sufrido ningún contagio masivo», expone el alcalde.
«Seguir el día a día con cierta normalidad ha hecho que la situación mejore -apunta Malumbres-. En todos los comercios seguimos las medidas. No tenemos que bajar la guardia, porque el virus sigue estando. Hemos sido golpeados con cierres y no debemos relajarnos. Sigamos manteniendo las normas y actuemos cada uno con conciencia».
La expansión de la vacunación ha sido clave, acelerada desde marzo. Desde este miércoles, alcanza a los alfareños de 40 a 45 años. Pero la conciencia sigue presente. La mayoría de la gente mantiene la mascarilla en la calle. También los jóvenes. «El COVID aún no se ha ido y, aunque hay mucha gente vacunada y con anticuerpos, puedes seguir contagiándote y has de pensar en la gente con la que vivimos», afirma una adolescente. «Los jóvenes no queremos retroceder y ver locales cerrados, toque de queda y aquellas medidas...», añade una amiga.
En este avanzar, en un escenario muy distinto al de hace un año, el Ayuntamiento se plantea seguir organizando actividades, siempre controladas, intentando alejar cualquier desfase. También alrededor de las fechas de las fiestas patronales. Sería otro gran síntoma de victoria.