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PABLO GARCÍA-MANCHA
Viernes, 24 de agosto 2018, 22:54
La finca de Toropasión, sita a escasos kilómetros de la salida de la AP-68 de Alfaro, es el sueño ganadero de tres amigos riojanos: Germán Villar, Miguel Ángel Pérez y Carlos Bernabé, socios de la principal empresa de España dedicada a los festejos taurinos ... de carácter popular: recortadores, saltos, anillas y encierros, entre otras muchas modalidades. Toropasión ofrece festejos en Las Ventas, Logroño, Bilbao y Zaragoza y así una interminable lista que estos meses de verano se multiplica hasta el infinito y que se extiende por poblaciones de toda la geografía española y hasta del sur de Francia. Han organizado festejos hasta en México. El proyecto comenzó casi como un juego y decidieron establecer su centro ganadero en unas instalaciones sitas al lado de la autopista en las que pueden llegar a pastar más de 450 toros bravos de diferentes edades y de múltiples procedencias. La finca fue inaugurada en el 2009 por la necesidad que tenían de controlar su ganado para abastecer los festejos que organizaban: «Era increíble la cantidad de kilómetros que hacíamos a Salamanca y a Andalucía a por toros. Por eso pensamos en tener nuestra propia finca, comprarlos, cuidarlos a nuestro gusto y a partir de ahí, enviarlos a nuestros festejos», explicaba en una entrevista Germán Villar, responsable del apartado ganadero de la empresa.
Toropasión ha marcado un antes y un después en la seriedad y la organización de este tipo de festejos, tanto en lo que se refiere a la calidad de los astados que se lidian como a la hora de su promoción en las redes sociales, donde tienen miles de seguidores. Además, e impulsados por su vocación ganadera y por su amor al toro de lidia, hace dos años crearon su propio hierro de primera y lo inscribieron en la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL). La base genética de esta nueva ganadería es un semental de origen portugués del hierro de Fernando de Castro Van Zeller Pereira Palha y vacas de 'Martelilla'. Es decir, una mezcla revolucionaria con la sangre de una divisa formada con astados de origen Conde de la Corte y las primitivas simientes del hierro de Fernando VII.
Sólo con pasión se puede explicar el amor de esta gran familia ganadera riojana hacia el toro bravo y los desvelos, sufrimientos y riesgos que se corren cada día en las fincas con su manejo.
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