En la primera página de este 2022, el lavadero que quedó soterrado en 1979. Para la que se estrenará en febrero, una imagen de 1925 del quiosco que presidía la plaza de España hasta hace dos décadas y que se trasladó al paseo La Florida. En las siguientes, la antigua estación del ferrocarril, el antiguo depósito de aguas construido en 1914, la iglesia de San Juan derribada en 1959, el Gran Casino, la fábrica de Azpilicueta y Belsué...
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Son las imágenes que ilustran el calendario editado por la Asociación Amigos de la Historia de Alfaro para acompañar y guiar este año, una primera iniciativa que la directiva confía en repetir en los próximos dada la gran aceptación que está teniendo entre los vecinos. «Son doce fotografías de edificios antiguos que ya no existen», explica Charo Cordón, presidenta de Amigos de la Historia de Alfaro.
El calendario Formado por doce fotografías antiguas de la localidad sobre edificios que ya no existen.
Propósito Reivindicar y mostrar el patrimonio de Alfaro para sensibilizar en el cuidado del que pervive.
A la venta Por 5 euros puede adquirirse en Sayber, Mercería Petri, Farmacia Twose, Carnicería Medel y en la directiva.
Después de dos años como asociación sin poder apenas realizar actividades debido a la pandemia, y sin querer cobrar la cuota de 10 euros, la directiva busca con esta publicación una fuente de ingresos para afrontar sus gastos corrientes. La primera tirada de cien ejemplares, por 5 euros, se vendió en pocas horas. Quedan pocos de la segunda.
Eso sí, la Asociación confía en tomar ritmo de actividades y acciones a lo largo de este año dibujado por su calendario. Aunque por la situación epidemiológica actual ha aplazado la celebración de su junta general prevista para el 28 de enero, su directiva tiene varios planes en la cabeza. En un primer objetivo, va a colaborar con la Asociación Amigos de San Miguel en el impulso al proyecto turístico presentado por la parroquia en la colegiata. Ya en contacto con un geolocalizador, otro propósito es ubicar el lugar real del templo de San Miguel de Arriba. Y, como cuenta Charo Cordón, otra intención es colocar las piedras que formaban la presa romana al río Alhama, aprovechando el proyecto para acondicionar un aparcamiento de autocaravanas.
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