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Alfaro. De blanco impoluto. Con el rojo al cuello que dicta un lema que describía la jornada que ayer vivían las fiestas alfareñas en honor a San Roque y San Ezequiel. En su quinta fecha, era el día de la mujer.
«Adiós, mamá», se ... despedía un hijo en la plaza de España. Daba la mano a su padre y marchaba calle abajo en busca de la salida de la comparsa de gigantes y cabezudos. «Hoy es el día para nosotras», comentaban dos amigas a otra que no se había inscrito. «¿Coméis solas?», preguntaba la dubitativa. «Sí», sonreían. «¿Sin maridos?», insistía en las dudas. «Hoy es sólo para las mujeres», coreaban manteniendo la sonrisa ante la jornada que les esperaba de confraternidad en femenino.
- 09.30. Encierro de toros, seguido de becerras y prueba.
- 11.30. Espectáculo infantil 'Canciones de la tele'.
- 12.30. Degustación de carrillera.
- 12.30. Misa por San Ezequiel en la colegiata de San Miguel.
- 13.30 Baile de despedida de los gigantes en la plaza de España.
- 14.30. Comida popular joven.
- 16.30-21.30 Fiesta con pinchadiscos en placeta San Francisco.
- 00.00. Concierto de Dorian.
El punto de encuentro era la plaza de España. En los soportales del antiguo ayuntamiento les esperaba una degustación de champiñones para coger fuerzas para todo lo que se les venía por delante. Encuentros, saludos, conversaciones. Fotografías. Y después, mucha música, coros y bailes. Primero fue con la rondalla Monte Yerga, que se rodeó de cientos de vecinos para cantar juntos mexicanas, pasodobles, jotas... Les tomaron el relevo los ritmos charangueros de Makoki y su grupo Vela. Y ellas no se lo pensaron y formaron una gran y animada conga por la plaza de España. Era su día. Y se lanzaron a danzar por las calles.
En esta edición se reunieron un centenar de alfareñas, la mayoría impulsadas por las asociaciones de Mujeres y de Amas de Casa. Y aunque hubo más jóvenes que en anteriores ediciones, siguen llamando a más a participar en un día tan especial para ellas dentro de un año de revolución en femenino.
Por la tarde, las mujeres se sumaron al ambiente del segundo encierro y a una noche que esperaba ser menos fresca que la del viernes. En doble sesión, la orquesta Cíclope invitó a calentarla bailando en la plaza de España. Esperando a cientos de jóvenes riojanos y de la ribera, la noche de sábado vivía la novedad del toro de agua y se aventuraba a dormir poco. Era la recta final.
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