El rezo final a una historia religiosa de clausura de cuatro siglos

E. P.

Martes, 27 de diciembre 2016, 09:23

Hace 405 años, el 8 de febrero de 1611, las viudas Teresa de Remiro, Isabel Martínez, Ana Jiménez y María Gil, se agrupaban en comunidad religiosa en una casa en la plaza alfareña de El Planillo. Dos años después, con licencia del obispo Diego de ... Yepes, esa primera vivienda se convertía en monasterio de clausura y suponía el nacimiento de una comunidad que ha llegado hasta estos días en Alfaro bajo el sello de las concepcionistas franciscanas. Una historia que en estos días va a poner su punto final.

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Pero aquella primera casa no reunía las condiciones adecuadas. Por ello, la noble Luisa Bonifaz puso el 4 de abril de 1615 a disposición de la comunidad las casas donde, 24 años después, se construiría el hoy convento de la Purísima Concepción.

La historia ha discurrido entre silencio, clausura y diversas labores de esta comunidad religiosa que vivió uno de sus periodos de esplendor a mediados del pasado siglo XX.

Ese silencio se rompía hace ahora un año cuando los alfareños conocieron que las hermanas concepcionistas habían decidido marchar de su hogar de cuatro siglos en Alfaro. Su destino, la comunidad logroñesa de Madre de Dios. Ante lo avanzado de la edad de la mayoría de ellas, buscan así estar más cerca de servicios sanitarios y asistenciales y poder compartir su día a día con más hermanas.

Desde ese momento, comunidad y Ayuntamiento comenzaron a negociar para buscar que el convento quedara en manos alfareñas. Hace poco más de un mes se daba forma a la compra del histórico edificio, por un montante de 1.485.000 euros.

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