Miles de alfareños de todas las edades compartieron en el soleado mediodía de ayer el inicio de las fiestas patronales con el lanzamiento del chupinazo en la plaza. :: E.P.

La alegría sobrevuela Alfaro

Con el estallido del colorido chupinazo, los alfareños disfrutan hasta el sábado de sus fiestas por San Roque y San Ezequiel

Ernesto Pascual

Martes, 16 de agosto 2016, 08:52

Acompañan a los alfareños durante todo el año. Les ven jugar y conversar en la plaza, andar de un lugar a otro cumpliendo con deberes, compartir y construir su ciudad en los buenos y malos momentos.

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Como unas vecinas más, las cigüeñas del condominio de ... la Colegiata de San Miguel comprobaron ayer que, como cada 14 de agosto, miles de alfareños se congregaban en la plaza de España para llenarla con el nexo común del color, alegría y felicidad. Veloz y pasando muy próximo a sus nidos, vieron ascender en el veraniego cielo el chupinazo que estalló abriendo las fiestas. Que convirtió la plaza en un mar de algarabía, brindis y sonrisas. Que consiguió que la alegría sobrevuele Alfaro por siete días en honor a San Roque y San Ezequiel.

Ésta sería la perspectiva que apreciaría ayer una zancuda que volara sobre la plaza alrededor de las 12 del mediodía. Sería la imagen diferente que admiraría, como ha enseñado el cartel anunciador de las fiestas alfareñas, diseñado por el arquitecto municipal, José Ramón Bergasa.

En ese vuelo, la cigüeña entendería por qué el 14 de agosto es un día único. Desde primera hora de la mañana, las cuadrillas se reunieron alrededor de almuerzos. Había que coger fuerzas para un día largo de bailes, brindis y celebraciones. A medida que el reloj avanzaba, el destino de todos era la plaza de España. Un mar de colores en las camisetas de las cuadrillas esperaba cuando, a las 12 del mediodía, la alcaldesa, Yolanda Preciado, cedió al concejal de Festejos, José Luis Segura, el honor de un momento tan especial como prender desde la balconada del viejo ayuntamiento el cohete que abrió estos días especiales.

Con su estallido, rompieron a sonar las charangas, a bailar las cuadrillas, a desear todos unas felices fiestas. Desde ahí, simplemente alegría. Porque el 14 de agosto no necesita más actos. Durante horas, los alfareños disfrutaron de pasacalles charangueros, de fiestas con diversos estilos de música, del encuentro feliz y la amistad...

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Al atardecer, el desfile de carrozas volvía a reunir en el Paseo La Florida a miles de vecinos. También miles disfrutarían del concierto de Huecco en la plaza, con el añadido de grabarlo para un futuro vídeo. Y miles se lanzaron a seguir disfrutando felices en la primera noche.

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