El alfareño Sergio Aguirre estudia durante este curso en Puebla. :: s.a.

Una familia bajo el volcán

Sergio Aguirre de la Concepción Alfareño en Puebla (México)

Ernesto Pascual

Sábado, 21 de mayo 2016, 10:17

El deseo de vivir en otro país llevó al joven alfareño Sergio Aguirre a mirar hacia América del Sur. De la mano de la Beca Iberoamérica Santander, este estudiante de grado de Ingeniería Electrónica y Automatización industrial en la Universidad de La Rioja eligió México.

Publicidad

Desde el inicio del curso, estudia en la facultad de Ingeniería Industrial de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Y pronto quedaron atrás los prejuicios por la violencia que salta a las noticias. «Al principio tienes dudas, pero México es un país grande y Puebla es una de las ciudades tranquilas», dice.

Por las costumbres e idioma comunes, considera que mexicanos y españoles son parecidos. «Son muy educados, caballerosos, siempre te ofrecen cosas y están atentos por si te falta algo, te invitan a conocer su cultura, comida típica, nuevos sabores. que son siempre picantes. -explica-. Incluso si algo no está como debería, te piden disculpas. Estas cosas hacen que te sientas relajado y te sueltes».

Este alfareño regala piropos a Puebla. «Con polígonos en sus afueras, es una ciudad muy turística, con muchos edificios que visitar, casas pintadas de colores que invitan a pasar por sus puestos típicos en la ciudad con más iglesias y capillas de México», insta. En su ruta, recomienda el Zócalo, abrigado por la catedral más grande de Puebla, sus restaurantes, la zona de Cholula y sus pirámides y el volcán en activo Popocatepetl. «Hace unas semanas hubo una erupción y la ciudad se llenó de ceniza», cuenta. Desde Puebla, ha viajado para conocer las pirámides de Teotihuacan, las playas de Puerto Escondido y Puerto Vallarte, la Riviera Maya, los ríos y cascadas de la Huasteca Potosina o el suroeste, donde visitó Oaxaca, el cañón del sumidero de Chiapas y la frontera a Guatemala.

En la recta final, toca hacer balance. «Al principio -valora- lo pasé mal. Pero después te das cuenta de que es una experiencia única y, al cabo de los meses, se crea una nueva familia. He aprendido a ser totalmente independiente, a saber que uno se puede adaptar en cualquier lugar».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad