Los mayores llevan la batuta

Después de los tres primeros intensos días, que coincidieron además con fin de semana y la llegada de cientos de invitados y visitantes y en los que todos dieron lo mejor de sí para caldear el ambiente, el descenso de pañuelos y camisetas festivas por las calles se hizo ayer evidente desde primera hora.

Con todo, son buena mayoría los alfareños que quedan y están dispuestos a disfrutar de las fiestas íntegra e intensamente. Tras los dos de toros, la mañana de ayer acogió el primer encierro de vacas, eso sí, con menos público y corredores. Subrayando el acento más cercano e íntimo de estos días, la suelta de vaquillas posterior en la plaza de toros fue un homenaje a recortadores aficionados locales de décadas pasadas. Recordando un estilo que se está perdiendo y poniendo por delante la afición, hicieron disfrutar al público congregado en una mañana en la que el sol intentaba abrirse hueco entre las nubes.

En la idea de dedicar cada jornada festiva a un colectivo de la ciudad, la mañana de ayer fue para los mayores. El tradicional y entrañable homenaje en la plaza de España tuvo como receptores a María Marco Melero, de 96 años, y Eduardo Lozano Librada, de 95. Además, el Hogar del Jubilado aplaudió a sus socios Ángel Alonso Asensio, de 85, y Carmen Bayona Fernández, de 91.

Tras este acto central, la degustación, la música y los gigantes y cabezudos animaron el mediodía, el primer encierro vespertino avivó la tarde y la noche se encauzó con la verbena con la orquesta La Fania.