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Ernesto Pascual
Lunes, 16 de marzo 2015, 08:16
El Ebro es, ante todo, riqueza. Es el eje alrededor del que ha vivido y vive La Rioja y han crecido sus sectores agrarios y alimentarios. Pero también es una fuerza indómita que cuando baja con toda su fuerza no entiende de usos humanos, de ... defensas artificiales...
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Tras cuatro crecidas en el mes de febrero, tres de ellas extraordinarias, el río Ebro ha vuelto a sus dominios. Y en su retirada deja un paisaje devastado, casi yermo, de los que dejan sin calificativos para describirlo. Muchos de los afectados lo asimilan a las imágenes que deja un tsunami, tras la fuerza de la entrada del agua y su retirada sembrada de destrozos, suciedad y vacío.
Con varios puntos de los mazones rotos desde los términos del Ortigoso hasta La Roza, el Ebro anegó unas 1.400 hectáreas en término municipal alfareño, tanto en la margen riojana como en la navarra. En un balance provisional, el Sindicato de Regantes del Río Ebro calcula que serán unas 500 las parcelas productivas afectadas, arrasadas.
Tras un mes bajo las aguas, el paisaje en los distintos términos deja montañas de gravas y arenas sobre tierras de hortalizas, verduras y frutales; socavones y erosión intransitables en los caminos; acequias de hormigón arrancadas de su discurrir y lanzadas decenas de metros aguas abajo; balsas anegadas donde antes había pozos de regadíos...
En el Ortigoso, dos imágenes: el interior de un invernadero totalmente arrasado se asemeja un desierto; a unos metros, la fuerza del agua se ha llevado un camino, un regadío y ha arrastrado más de 3.000 metros cúbicos de tierra y frutales, originando una enorme oquedad. En La Roza, una montaña de gravas de más de dos metros sólo deja ver las puntas de unos perales. En la margen izquierda, el Ebro se llevó 12.000 manzanos recién plantados. Los primeros trabajos de las máquinas encargados por la empresa pública Tragsa han comenzado a retirar las gravas de las tierras de cultivo.
Los agricultores han dedicado esta última semana a mirar al futuro. Han comenzado a limpiar la maleza y suciedad acumuladas en las ramas de sus frutales antes de que las yemas se sequen, han retomado la poda con el objetivo de intentar recuperarlos... También están atentos al fuego bacteriano. Por fortuna, la bajada de temperatura en estos dos últimos días favorece frente a las pasadas temperaturas primaverales, que podían activar los chancros.
Agricultores y organizaciones también se afanan en hacer balance de los daños para acudir a los seguros y a las ayudas públicas. El representante de Agroseguros ya estuvo el viernes en la zona. Los peritos volverán mañana. Los Regantes del Ebro redactarán los daños en regadíos y el Ayuntamiento en caminos para remitir el informe al Gobierno de La Rioja para los trabajos de recuperación que va a realizar el ministerio de Agricultura a través de la empresa pública Tragsa. Después, cada afectado tendrá que valorar sus pérdidas. Tendrá que trabajar por volver a la normalidad.
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