El pañuelo, símbolo y herencia alfareña

Tras el primer encierro de reses bravas por el recorrido habitual y su posterior 'prueba' en la plaza de toros, seguido por cientos de personas de todas las edades, la plaza de España volvía a ser el lugar al que dirigirse en la segunda mañana festiva. En la lonja de San Miguel, la Corporación alfareña y el pregonero de las fiestas, el presidente de la asamblea de Cruz Roja en Alfaro, Luis Antonio Calvo, esperaban a las familias para este acto ya tradicional.

Con sus palabras, Calvo confiaba en que alguno de ellos se convirtiera en el futuro en voluntario de Cruz Roja Juventud. Por su parte, la alcaldesa, Yolanda Preciado, subrayaba que son el futuro de Alfaro y, claro, de sus fiestas, además de extender la felicitación a todas las familias presentes por la llegada de estos nuevos miembros.

Tras el acto, en el que las familias recibieron el pañuelo por parte de los concejales y del pregonero, los niños tomaron la lonja de San Miguel para disfrutar del espectáculo del grupo Kukul Teatro con la obra 'Las aventuras de Kikerito y Lolorito'.

Sería el primero de un día en el que las citas infantiles copaban el guión festivo: el baile de los gigantes y cabezudos a mediodía, la fiesta de la espuma con disco móvil en la placeta de San Francisco en la tarde, las aventuras de Gorgorito y las marionetas de Maese Villarejo en la tarde...

Y los pequeños de la casa no son de esas personas que se pierden cualquier tipo de acto. Por ello, despertaron con el encierro, saborearon las degustaciones del mediodía, sintieron la actuación de los Amigos de la Jota y retaron al cansancio para asistir a la primera colección de fuegos.