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Ernesto Pascual
Jueves, 10 de abril 2014, 16:59
El solemne silencio lo rompe un constante, monótono, rotundo golpe del hierro contra el adoquín. Por delante del penitente forrado con armadura que estrella su vara contra el suelo, el Nazareno, enfundado en túnica morada, porta la cruz sobre sus hombros. Es una de las ... imágenes más impactantes de la Semana Santa alfareña, la de los penitentes que preceden a la imagen del Cristo yacente en la procesión del Santo Entierro.
Desde 1705, los miembros de la Cofradía y Hermandad del Santo Entierro de Cristo organizan la nocturna y emocionante procesión de Viernes Santo. El 4 de abril de hace 309 años nació «para contribuir al mayor esplendor de la función que celebra el Cabildo Colegial de San Miguel Arcángel», tal y como recogen sus estatutos. Hoy, cuenta con 150 hermanos-cofrades que participan en la organización de la procesión que reúne a todos los pasos de las cofradías de Alfaro.
En su último capítulo, llorado por la Dolorosa, la imagen del Cristo yacente portado por sus miembros estremece a los fieles. La impresionante talla del siglo XVIII sobrecoge ahora con todo su esplendor gracias a la restauración que vivió hace cuatro años, en la que se mantuvo el pelo, que es natural, donado por los fieles. «Al retirar las vendas y pegamentos que durante estos siglos intentaron cuidarlo, se conoció que está articulado», cuenta Álvaro Catalán, uno de los responsables de la Cofradía y Hermandad. Tras este descubrimiento, la historia cuenta que este Cristo salía a la Lonja de San Miguel crucificado para el Sermón del Descendimiento. Tras retirar los clavos de manos y pies, depositaban el cuerpo en un lecho para dar inicio a la Procesión del Santo Entierro.
Sin ese ritual, enlutados por completo de negro excepto en su cinturón, con los capuces caídos, sin pico, sus miembros portan hoy la Cama de Cristo, que tiene la singularidad de ser uno de los pocos pasos de Cristo yacente que no está cubierto por una urna de cristal. En caso de lluvia, el palio negro, que marcha por detrás, cubre la imagen. «Es una procesión muy respetuosa, que vivimos cada cofrade-hermano de una forma muy interna, preparándonos para ser conscientes de lo que significa y representa ese momento», describe Catalán.
La aparición en 1995 de su Banda de Tambores y Bombos, formada hoy por 44 miembros, ha abierto la actividad de la Cofradía y Hermandad más allá de la Semana Santa. «La banda ha permitido una mayor expansión de la cofradía y es la puerta para que entren nuevos miembros, que se involucran desde niños», expone Catalán. Desde el 2008, la banda ha comenzado a salir a otras localidades y participa en diversas citas culturales a lo largo del años en Alfaro. Además, organiza la exaltación alfareña, que celebra su tercera edición en la tarde de este domingo.
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