En San Asensio volvió a llover clarete

La Batalla del Clarete, que se celebra el domingo más cercano a la festividad de Santiago, fue declarada en el 2012 Fiesta de Interés Turístico Regional y, aunque de momento no es fundamental para ellos obtener un reconocimiento superior, sí que han ganado el cariño de riojanos y visitantes, especialmente procedentes del País Vasco, del resto de España e incluso cada vez más extranjeros.

La Batalla ha cumplido este domingo 43 años, aunque hacía 42 en el año 2019. La aparición de la pandemia y la imposibilidad de celebrar actos multitudinarios impidió su desarrollo durante los dos últimos, lo ha provocado que en este, además de clarete, se vertiese toda la ilusión contenida.

Durante esta celebración, que se ha prolongado durante más de dos horas, se han arrojado cerca de 60.000 litros de vino, según apuntaron desde la peña 'El Clarete', donada por las cooperativas y bodegas de San Asensio.

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Los participantes, una vez más, eran niños, jóvenes, adultos y abuelos. A las 11.00 horas se celebró el tradicional ritual de preparación de la Batalla, con la distribución de 'preñaos' bajo los soportales del Ayuntamiento.

A mediodía la comitiva encargada de dar comienzo a la batalla accedió al remolque cargado con el vino, y ejercieron de guías como cada año a los asistentes y participantes por las calles de San Asensio, hasta el Cerrillo Verballe, lugar donde se llevó a cabo la tradicional contienda.

Este cerro también es conocido como el barrio de las cuevas o barrio de las bodegas, porque cuenta con unas 300 donde en la antigüedad se elaboraba el vino artesanalmente. Al llegar a la famosa cuesta, comenzó la esperada contienda.

Los participantes iban 'armados' con diferentes herramientas -a los que acompañaban ocho remolques y un cañón- como esperjadoras, globos de agua, cubos, pistolas de agua, botellas de plástico y un sinfín de objetos convertidos en inofensivas armas cargadas con vino clarete. Un 'armamento' que fue utilizado contra de todo y todos los que se encontraban en la zona sin distinción de edad o indumentaria posible.

La marea blanca se fue tiñendo por fin y después de dos años, en un tono más rosado para dar la bienvenida a la 'nueva normalidad' tan ansiada.

La contienda estuvo salpicada de sustos y risas en la que reinó, un año más, el ambiente festivo y alegre en todo momento.

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Una vez los asistentes quedaron empapados y sus camisetas teñidas de color morado claro que da nombre al vino de San Asensio, los vecinos y asistentes comenzaron a descender del cerro, bailando al ritmo de la charanga de sanasensiana, hasta la Plaza Vieja, donde se dieron las tradicionales vueltas.

Por último, en torno a las 15.00 horas, los participantes de la batalla se han dirigido a la Plaza Nueva, para finalizar la celebración recorriendo y disfrutando de los bares que la rodean durante varias horas más.

Las próximas fiestas que acogerá San Asensio son las dedicadas a la Virgen de Davalillo, a principios del mes de septiembre, que este año también volverán a retomar los actos tradicionales.

El año pasado estuvieron marcadas por la responsabilidad, pero sí contaron con el desfile de danzadores y gaiteros, actuaciones de la Banda Municipal y la coral de San Asensio y juegos infantiles.

La batalla del clarete y su buen desarrollo han servido para continuar con los preparativos para despedir los meses de verano con la misma ilusión con la que este domingo se ha lanzado el gran caldo de la localidad riojalteña.