Peligroso repique de campana

Fue momentos antes de comenzar la procesión cuando la campana del templo se desprendió.

Según explicó ayer el párroco Diego Aboi, se llamó inmediatamente al campanero José Antonio Latorre de Corella (Navarra) que en una primera evaluación consideró que la ruptura se debió al agotamiento del material de sujeción.

Lo más urgente era bajar la campana con el fin de evitar peligro a los viandantes y daños en el edificio. La retirada de este instrumento se llevó a cabo ayer por la tarde.

El mayor problema ahora es que ni el Ayuntamiento de Villarroya (con sólo seis personas censadas) ni la parroquia disponen de medios económicos para llevar a cabo el arreglo, cuyo coste puede ascender a los 3.000 euros.

Por ese motivo, el sacerdote ha solicitado la ayuda de las instituciones públicas del Gobierno de La Rioja para arreglar el dispositivo en un edificio que forma parte del patrimonio cultural y religioso del pueblo.