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Pablo José Pérez
Lunes, 3 de octubre 2016, 16:41
Los cielos nublados de primeras horas de la mañana no desanimaron a cerca de 400 senderistas que madrugaron para comenzar a las nueve y media un paseo por los montes: desde la ermita, al Cocote, al Havelere, Villaverde, Cabeza Franco, Tobía y Matute. Eso sí, ... aceleraron el regreso, ya que a las once estaba previsto el reparto de los primeros bocadillos de salchichón asado.
Es la crónica del XIII Festival del Salchichón, una iniciativa del ayuntamiento, con la imprescindible colaboración de la asociación Picayo y la fábrica de embutidos Ortúzar, que convierte a este pequeño pueblo en el centro de atención de miles de personas que se acercaron para disfrutar de la jornada ante la inquietud del propia alcalde, quien reconoce que «esto nos supera, es demasiado grande...»
Pero Matute es capaz de eso y de mucho más. Desde primeras horas de la mañana, el trabajo de coordinación de Protección Civil y de los voluntarios del pueblo posibilitó que los vehículos aparcaran en los terrenos habilitados para tal fin, que los senderistas pudieran recoger su bocadillo en una fila especial, sin apenas esperas, y que los visitantes disfrutaran de todas las comodidades para degustar su salchichón. Además, en el frontón se instaló un mercadillo de productos artesanos de la zona y, a lo largo de la mañana, una charanga de gaitas y tambores recorrió incansablemente el pueblo amenizando cada esquina con sus canciones.
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