¡Que viva San Bartolomé!

Ángel Fernández, alcalde de la localidad, tomó la palabra a las doce en punto de la mañana para recordar desear felices fiestas a todos los vecinos y los muchos acompañantes de otras localidad que abarrotaban la plaza de España y para dar inicio a siete días centrados en la feria taurina y las citas culinarias de cada una de las jornadas.

Tras el estruendo del cohete y con los primeros acordes de la charanga Strapalucio, todos comenzaron a dar vueltas y vueltas alrededor de uno de los iconos de la localidad: la estatua que representa las cuatro estaciones, realizada en 1990 por el artista local Miguel Ángel Sáinz.

No faltó tampoco el recorrido por las principales calles de la localidad en el que los vecinos, intentando sofocar el calor de los más jóvenes, no dudaron en lanzar agua con mangueras y cubos de agua. Mientras, los mayores disfrutaban del primer vermú de fiestas en las terrazas de los bares más próximos a la plaza, organizando ya la comida en cuartos y bodegas.

Por la tarde, prácticamente nadie en Aldeanueva de Ebro se perdió el desfile de carrozas, en el que las cuadrillas mostraron la labor realizada durante las últimas semanas.

A la finalización del acto, en el Museo del Vino, hubo degustación de caldos de la bodega de la localidad. Un lugar perfecto para hablar ya de la próxima vendimia, que en Aldeanueva de Ebro podría empezar con las uvas blancas a principios de la próxima semana.

La orquesta 'Titanes' fue la encargada de amenizar con música la plaza en una sesión de tarde y otra nocturna, pasada la medianoche. Entre una y otra, los fuegos artificiales y para los más trasnochadores aún hubo una salida a cargo de la charanga a las dos de la mañana en una intensa jornada que había comenzado con la imposición de pañuelos, por parte de la cofradía de San Bartolomé a los niños nacidos a lo largo del último año.