Rodezno reabre sus calados

Un cartel advertía ayer a los visitantes del Día de los Calaos de Rodezno: «¡No cojas el coche tras tu visita por las bodegas! Descansa en las piscinas», junto a la oferta de bocadillos de lomo, pechuga, bacon. El mensaje tenía su gracia porque cierto es que la jornada invita a beber vino servido por los generosos dueños de las bodegas y, en ocasiones, cualquiera puede perder la noción de lo ingerido. Mejor descansar, sí.

La XIII Jornada de Puertas Abiertas de las Bodegas Centenarias de Rodezno arrancó a las 11 horas y se alargó hasta bien entrada la tarde, finalizando con el concierto del grupo musical Los Otros. Aunque el sol no castigó como en años anteriores, sino que el día estuvo nublado y la temperatura no superó los 22ºC, las copas vendidas por la organización, la Asociación de Amigos de Rodezno, se acabaron a las 13.30 horas. Ayer, una cuarentena de bodegas con calado reabrieron sus puertas para que pudieran ser visitadas, cerca de la mitad puesto que hay contabilizadas 110 bodegas en el barrio de Rodezno, aunque sólo 93 de ellas cuentan con cuevas y en muchas se sigue elaborando y conservando el vino de forma artesanal.

Hubo, como es habitual, puestos de artesanía y exhibiciones como las de alfarería, tonelería y enomasajes. Hubo miles de personas, muchos vascos, veraneantes de la zona o de la Rioja Alavesa. Y muchos de ellos acudían uniformados, como un grupo de vecinos de Zarratón, vestidos con camisetas rosas del pueblo. También con polo rosa actuó animando la fiestas la charanga Ibuprofeno, que se anunciaba «ideal para noches de desenfreno». Y sin uniforme, como correspondía a un día de asueto, acudieron Carlos Cuevas, Carmen Duque y la alcaldesa Noemí Manzanos.