Raíces profundas en Ledesma

La asociación construye cada cuatro años una carbonera, un trabajo que formaba parte antaño de las actividades de las que vivían los vecinos de Ledesma, ya que suministraban ese combustible a la industria cárnica de Baños para secar los embutidos. En esta ocasión fue el 12 de marzo cuando comenzaron el montaje de la carbonera y casi un mes de pues, el 9 de abril, se procedió al encendido echando 'yescas' por la chimenea, o caño, para que prendiera la madera del interior.

La pila de madera y tierra que tienen que formar es impresionante y de ella se saca un beneficio muy reducido al perder la humedad: «Unos 10.000 kilos de carbón porque habíamos calculado que había como 50.000 kilos de leña», detalla Santos Hernáez. Este tipo de carbón es ideal para cocinar: «Lo utilizan principalmente los asadores; de hecho, buen parte se lo lleva el Asador Egües, de Logroño, mientras que otra cantidad nos la quedamos los socios por si hay que asar algo: pimientos, chuletas o lo que sea». Hace años el destino de este carbón vegetal estaba escrito desde antes de convertirse en combustible: «Los bajábamos a las fábricas de embutidos de Baños de Río Tobía».

Santos heredó el conocimiento a través de su padre, que fue carbonero, uno de los últimos, y que construía entre 5 y 6 al año para abastecer a las industrias de Baños. Una actividad que tuvo gran pujanza.

De hecho, en Ledesma, en los últimos años, había dos cuadrillas que las hacían. Santos cuenta que la madera se recogía del monte El Encinar. Lo que valía como material se recogía y el resto se destinaba a las carboneras. También, las puntas que quedaban se convertían en 'cisco' para los braseros.