El cierre del refugio de Santo Domingo deja a 24 perros con un futuro incierto

Los veinticuatro perros recogidos por la Asociación Protectora de Animales Calceatense se enfrentan a un futuro incierto, una vez que a la mayor brevedad posible deben abandonar el refugio que el colectivo que preside Nuria Jorge del Hoyo habilitó para ellos hace año y medio, aproximadamente, en una antigua granja porcina ubicada junto a la carretera de Corporales. El motivo es que las instalaciones han sido vendidas y se les urge a dejarlas libres.

Por ese motivo, la asociación hace un llamamiento, casi desesperado, a quienes puedan ceder un espacio para que puedan estar los canes. «Si fueran cuatro les podríamos buscar casas de acogida, pero son muchos. Por desgracia, se abandonan demasiados animales por esta zona», lamenta la responsable de la asociación, que, además de al de Santo Domingo de la Calzada ha remitido cartas a los ayuntamientos de la zona, en las que apela a su colaboración.

«Buscamos un pabellón cerrado, con un patio, o similar. Nosotros nos encargaríamos de hacer jaulas y de todo el acondicionamiento que fuera preciso, pero lo necesitamos urgentemente», señala Jorge del Hoyo, que apunta a la posibilidad de que tal colaboración se materialice como cesión -como estaban hasta ahora-, o bien con un «alquiler barato», habida cuenta del prácticamente nulo presupuesto que maneja la asociación, el cual se nutre principalmente de donativos de amantes de los animales y de algunos mercadillos que organizan de vez en cuando para recaudar fondos. «Ayer mismo nos donaron un almacén entero de objetos, la mayoría muebles, que pondremos a la venta», indica. Con el dinero, además de la manutención de los animales, se les suscribe un seguro de responsabilidad civil, vacuna, coloca el chip y se les castra.

«Necesitamos un sitio para poder tener los perros», insiste la presidenta. «Hay personas que me dicen que los llevemos a la perrera y ya está, con lo que nos quitamos un quebradero de cabeza. Pero son seres vivos, que sienten y sufren. Muchos de ellos han llegado maltratados, como una galgo que recogimos, a la que le habían cortado las orejas y todavía tenía la postilla. Queremos un futuro mejor para ellos», dice.

La Asociación Protectora de Animales Calceatense se compone de cuatro voluntarios, «que están al pie del cañón todos los días», y de otras dos personas «que hacen 200 kilómetros una vez a la semana solo para estar con los perros y echar una mano», cuenta su presidenta. Y, además de ellos, de 24 perros que buscan un lugar en el que estar.