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J. SAINZ
Jueves, 11 de febrero 2016, 10:19
El 10 de agosto de 1936, en Casalarreina, un piquete de requetés carga en un camión al menos a once vecinos detenidos y torturados los días previos y parte rumbo a Fuenmayor. Todos fueron asesinados esa misma noche y al menos ocho de ellos quedaron ... enterrados en una fosa común del cementerio. Otros once casalarreiteros más serían igualmente asesinados en fechas posteriores en diferentes lugares. «A todos los mataron por sus ideas», afirma Tomás Llanos en el libro 'Se los llevaron en el camión', editado por Piedra del Rayo, que hoy presenta en Logroño (en el Ateneo Riojano a las 19.30 horas).
Este trabajo, a diferencia de otros de carácter general -como 'Aquí nunca pasó nada', de Jesús Vicente Aguirre-, es una primera monografía local sobre la represión en La Rioja y documenta la que se ejerció en Casalarreina al comienzo de la Guerra Civil en una región de la retaguardia donde la contienda apenas duró ochenta horas, pero la violencia sobre los ya vencidos duró mucho más.
«Puede interesar principalmente a los vecinos de Casalarreina -indica el autor-, pero también a las gentes de cualquier pueblo riojano y, en general, de cualquier localidad donde hubieron de vivirse escenas muy parecidas. Y a cualquiera que quiera recordar y saber lo que sucedió».
Lo que ocurrió fue que aquel 10 de agosto Juan Llanos (tío abuelo del autor), Saturnino Díaz, Ciriaco Fernández, Estanislao Ortún, Pascual Saiz, Gregorio Salinas, Francisco Sánchez, Ángel Urquiza, Pablo Álvarez, Cipriano Negueruela y Vicente Porres fueron cargados en el camión para darles 'el paseo'. A día de hoy, solo los restos de los tres últimos han podido ser identificados tras las excavaciones llevadas a cabo en Fuenmayor en el 2007 por sus descendientes.
Emilio Elizondo, coordinador de las familias de las víctimas, afirma en el prólogo que «en Casalarreina el objetivo de los golpistas [siguiendo órdenes de violenta represión dictadas por el general Mola y el capitán Emilio Bellod] consistió en eliminar a todos los elementos que habían participado en la revolución de octubre de 1934, que habían destacado por su militancia en partidos de izquierda o en sindicatos agrarios, o por desempeñar cargos institucionales». Esos detenidos en 1934 y 1935 fueron liberados posteriormente por el gobierno de la República, pero la mayoría acabaron siendo represaliados en el 36.
Y eso incluía también a Miguel Caperos, Tomás Gamboa, Luis Gamboa, Mariano Llorente, Ángel Llorente, 'Liberto' Porres, Juan Ranedo, Santiago San Martín, Casimiro Valderrama, Martín Yerro y la maestra Resurrección Martínez, que serían asesinados más adelante.
Este libro relata y documenta estos veintidós asesinatos como parte de «la historia de todos». «No buscamos venganza ni revancha, por mucho que sea el rencor acumulado -advierte Tomás Llanos-. Tan solo verdad, justicia, dignidad y, al menos, unas palabras reparadoras que rehabiliten públicamente el buen nombre de nuestros padres y abuelos».
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