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JAVIER ALBO
Sábado, 14 de noviembre 2015, 19:00
ojacastro. Ojacastro lleva al río Oja en el nombre -dentro de un debate sobre su toponimia que sigue abierto-, y a un costado de su casco urbano. Concretamente, al izquierdo según se dirige uno hacia Ezcaray, localidad que pega 'pared con pared' con nuestra protagonista de hoy, también cercana a la monumental Santo Domingo de la Calzada. Valgan las localizaciones para significar la privilegiada ubicación de esta villa; un lugar que conserva la esencia añeja de los pueblos y que, al mismo tiempo, encara el futuro con osadía mediante la articulación de iniciativas que insuflen actividad y vida a su presente; quehacer a sus habitantes; latencia a la forzosa y destemporalizada 'hibernación' de muchos pequeños municipios. La feria de ganado y de artesanía o la marcha por las aldeas son, quizá, la punta del iceberg de este propósito; la parte más visible, quizá, de un movimiento inducido por un inquieto sector de la población, con el que el Ayuntamiento a pies juntillas. 'Ojacastro en acción' es el acertado nombre para la página que han creado en Facebook; escaparate de las actividades que llevan a cabo.
Monumentos
del siglo XVI, con una pila bautismal románica y ventanal del mismo periodo, vestigio del templo anterior.
Ermita de la Ascensión de estilo románico ojival, conserva pinturas sobre piedra.
El rollo o picota del primer tercio del siglo XVI. Servía para exponer públicamente a los condenados por la justicia.
Nevera del Ángel construcción de carácter municipal utilizada
para la fabricación de hielo.
Fiestas
7 de enero, los patronos San Julián y Santa Basilisa.
17 de enero. Las habas las de San Antón, una fiesta popular que abastece del calórico guiso a vecinos y visitantes.
Día de la Ascensión romería a la emita, con ágape.
En julio Reliquias (día 9); La Magdalena, antigua fiesta de pastores, con excursión a Zabarrula (en torno al 22 de julio), santa Marta en Arbiza (29 de julio).
Fiestas de Gracias
último fin de semana se agosto.
Eventos
el primer fin de semana de septiembre, por los montes y aldeas del entorno. Participan alrededor de 300 personas.
Feria de ganado y agroalimentaria en torno a la festividad del Pilar, con reparto de ternera asada, feria de ganado y venta de productos artesanales.
Jesús Soto, postulador de la participación de Ojacastro en el concurso 'Mi pueblo es el mejor', indica que «lo que viene a singularizar a este municipio entre otros de La Rioja es el carácter de pueblo de siempre que sigue manteniendo. Su escaso desarrollo urbanístico ha hecho que siga manteniendo el estilo de pueblo de los de 'antes'», asegura. A ello añade un «entorno privilegiado», por su ubicación dentro del valle del Oja, a los pies de la sierra de la Demanda, afirmación que cobra especial significado en esta temporada con la localidad -vista desde las alturas- totalmente envuelta por el 'papel' otoñal de ocres, amarillos y verdes. Una postal...
El 'boom' inmobiliario pasó de largo por esta localidad -salvo contadas obras-, lo que la ha permitido conservarse tal cual era. «Eso no ha sido impedimento para que el arreglo de sus calles, plazas y edificios haya sido notorio, lo cual se ve nada mas pasear por sus calles-, matiza Soto. Callejear por sus tres barrios -el de Abajo o del Pisón, el de La Nuza y Barrumbarro- es una recomendación; hacerlo pausadamente, por supuesto sin prisas; dejándose contagiar por el ambiente.
Pero, además de la arquitectura, de la que sobresale su iglesia de San Julián y Santa Basilisa y de algunas nobles casas de los siglos XVI y XVII, la localidad atesora muchos otros atractivos. Jesús menciona que «las rutas para andar son numerosas, y los paisajes gozan de un alto valor ecológico y estético». Refiere grandes hayedos, pinares, robledales y monte bajo destinado a pastos. «Los recolectores de setas y de otros frutos del bosque forman ya parte de su paisaje», dice. Por ejemplo, invita a pasear hasta la ermita del Ángel y, junto a ella, contemplar una nevera en bastante buen estado. O recorrer sus aldeas -doce figuran en su escudo-, cuatro de las cuales siguen habitadas. En la de Tondeluna -nombre poético donde los haya- se elaboran quesos de cabra y en la de Santa Asensio se puede contemplar la bonita ermita románica de la Ascensión, con pinturas murales. Por estos pagos discurre, también, la 'vía verde' entre Haro y Ezcaray. «Además de la belleza de su entorno se respira tranquilidad por todos los lados», incide el defensor de la localidad en el concurso.
Actualmente (según el padrón del año 2014), son 190 habitantes, muy lejos de los 789 que se contaban en 1940, lo que habla de que fue localidad importante dentro del Valle del Oja y, hasta el siglo XIV, reducto del idioma vasco, ya perdido en otras zonas en siglos anteriores. A grandes rasgos, así es Ojacastro, un pueblo con mucho encanto.
Iglesia de San Julián y Santa Basilisa:
Marcha senderista:
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