Se baja la barrera de la vieja Estación

'Facer que los fijos vengan al acabamiento de ser homes', como definió Alfonso X 'El Sabio' es un arduo trabajo de modelación del paisaje humano, de formación de espíritus, del enriquecimiento de voluntades, de gusto por aprender y de siembra para un alma crítica, de forja del pensamiento individual y del respeto por el de al lado.

Se derriba un edificio que no es sólo ladrillo y pizarra. Es el recuerdo de una sociedad que también precisa instalaciones modernas y acordes a los nuevos tiempos.

Del blanco y negro al color

Los alumnos del colegio nos invitan a recorrer sus estancias. Aulas llenas de vida y alegría con un recorrido en el que se abren barreras para realizar un viaje de veinte minutos en el que una maleta se va llenando de conceptos que van más allá del aprendizaje de conceptos.

Alegría, diversión, canción, cuentos, cariño, juegos e imaginación alumbran a los más pequeños de las aulas de infantil. La maleta se pasa a los chicos del primer ciclo, no sin antes dar un paseo por el patio, escenario de juegos, partidos, combas, peleas, abrazos, carreras al galope, canicas y, cómo no mucha gimnasia, que el cuerpo también hay que educarlo en salud. Gimnasia, pelota, patinaje se engloban en la vitalidad de la sociedad arnedana.

Números, unión, experiencias, risas, responsabilidad, compañerismo, esfuerzo y solidaridad van entrando en una maleta que comparten alumnos y profesores del tercer ciclo. El inglés, la música también están reflejados en el vídeo que plantea un recorrido circular y ascendente por todas las dependencias de La Estación hasta que la maleta se llena con la creatividad, el repeto y la amistad.

El círculo se abre y se cierra con el recuerdo. Melancolía por lo viejo y emoción por el estreno de un nuevo edificio, que poco a poco irá tornando su aroma a cal y cemento por el de goma de borrar, ceras y la viruta que desprenden los sacaminas.

Ese mismo círculo se abrocha con el recuerdo de Arnedo por su vieja Estación, que no ha sido un escenario de simple paso, sino de llegada y salida en la aventura del aprendizaje. De aquellos viejos pupitres pareados de madera con mesa inclinada, espacio para el tintero y blanco y negro se pasará a un escenario más dinámico y provisto de la última tecnología dedicada a la educación. La maleta se transporta a una nuevo entorno y la escala será larga. Hay que abrir el equipaje que un día se cerró y colgar por las nuevas paredes alegría, diversión, canciones, cuentos, cariño...