Multitudinarias Vueltas por San Juan

En los lugares habituales, la brigada municipal había estado repartiendo arena para que los más cocinillas prendieran fuego a los sarmientos que fueron apareciendo, con el fin de asar las tradicionales chuletillas, chorizos, pancetas y numerosas viandas. Una verdadera multitud fue haciéndose hueco en los lugares donde había algo de sombra mientras que densas y sabrosas humaredas subían por los cielos najerinos llenando de aromas toda la ciudad.

Cuadrillas, familias, grupos de amigos. Las riberas acogieron estos almuerzos hasta que los primeros acordes hicieron saber a todos que la Agrupación Musical Najerense estaba llegando al quiosco de la música para interpretar las conocidas canciones que componen las Vueltas de Nájera.

Ése fue el momento en el que las riberas se fueron desalojando y el paseo de San Julián se llenó de personas de todas las edades para danzar alrededor del quiosco. Como siempre, los músicos estuvieron pendientes para que la parte más cercana al mismo estuviera reservada para los niños pequeños.

La danza, la fiesta y los calores fueron llevando a muchas personas a acercarse hasta la orilla del río Najerilla para aprovechar la frescura de sus aguas y darse unos chapuzones. De hecho, muchas personas optaban para cruzar a la otra orilla atravesando el río.

Sobre las dos de la tarde, la música comenzó su lento traslado hacia la plaza de España, por la calle Mayor, donde como siempre se produjeron los consabidos tapones, aunque sin mayores consecuencias.

Una vez terminadas las Vueltas fue también el fin de los que habían acudido al botellón, regresando a sus localidades bajo la vigilancia de la Policía Local y la Guardia Civil.