J. ALBO
Sábado, 7 de marzo 2015, 11:16
Cavilando sobre cómo abandonar la lista del paro o la precariedad de los empleos que tenía la 'suerte' de encontrar, a Diego Aydillo, secundado por su amigo José Carlos Revilla, ambos calceatenses, se le ocurrió una idea que tuvo su plataforma de lanzamiento en una ... amiga diseñadora mutua, Anouk Puntel, que puso sobre el papel un tipo de calzado que después, ya en Arnedo, tomaría forma de prototipo. Estos fueron los primeros pasos de 'Origen Shoes', nombre de la marca que desde Santo Domingo de la Calzada ha empezado a hacerse un hueco en las estanterías de una veintena de zapaterías en diversas provincias de España y también en Japón.
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Diego, que ha 'reinventado' su vida habida cuenta de que con el Periodismo no hacía carrera, recuerda las vicisitudes que rodearon la confección del primer catálogo, en la que la falta de medios técnicos obligó a un meritorio trabajo 'artesanal' y la de dinero avivó la imaginación e hizo aflorar aquello del 'usted qué saber hacer' para sacarlo adelante. Aquel primigenio catálogo les sirvió para lo principal, que fue que una distribuidora de Olot se fijara en sus zapatos y confiara en ellos. «Esto cambió todo, porque si no hubiéramos tenido que ir puerta por puerta vendiéndolos y eso es muy difícil, máxime cuando no te conoce nadie», dice el calceatense.
Su idea recupera aquellos clásicos zapatos de rejilla de los abuelos y los monta sobre suela deportiva, de goma EVA. Se fabrican en Albacete. «Es la primera vez en la historia que se hace algo así, en zapato y en bota», cuenta Diego de la colección de verano de este original calzado, cuyo precio oscila entre 190-200 euros y se vende ya en comercios -algunos muy exclusivos- de Barcelona, Granada, Granollers, Almería, Madrid, León, Santiago de Compostela y otras ciudades. En La Rioja aún no, pero sí en alguna tienda de Japón, aún de forma simbólica pero que ha supuesto para ellos una inyección de optimismo sobre la apertura de nuevos mercados. «Lo importante de esto, lo bonito, es que dos personas sin medios que no hemos nacido en Beverly Hills sino en Santo Domingo de la Calzada, hayamos podido posicionarnos en tiendas a lo Hollywood, eso sí, con mucho esfuerzo y mucho trabajo aún por delante», afirma Diego de la empresa, que, físicamente, se localiza allá donde tiene su ordenador, generalmente en su propia vivienda, y en algún espacio familiar que usa para almacenaje poco voluminoso.
Su principal baza reside en el lema de su firma, 'Madehand in Spain'. Es decir, 'hecho a mano en España'. «Si en España podemos hacer buenos zapatos, ¿por qué no los hacemos en vez de traerlos de China?», se plantearon al principio. Y en ello están. El negocio, dos años después de su emprendimiento, empieza a dar beneficios y ello les anima a plantearse nuevas ideas. «Con zapatos a 200 euros no se puede vender en volumen, menos en los tiempos en que nos encontramos, y, por ello, vamos a lanzar una línea más asequible, también para mujer», explica Diego, planes que contemplan su fabricación en La Rioja.
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