Prueban en ratones una vacuna que acabaría con las superbacterias hospitalarias

Más de 7.000 personas mueren al año en España por infecciones contraídas en centros sanitarios contra los que los antibióticos no son efectivos

Jon Garay

Miércoles, 4 de octubre 2023, 20:22

7.414 personas mueren cada año en España en hospitales y otros centros médicos por infecciones relacionadas con la atención sanitaria (IRAS), según un informe publicado a finales del mes de septiembre. En la Unión Europea, esa cifra se eleva a unos 37.000 fallecimientos, ... de acuerdo a los datos del European Center for Disease Prevention and Control. En Estados Unidos se calcula que en un día cualquiera, aproximadamente 1 de cada 31 pacientes hospitalizados tiene al menos una infección de este tipo. Para poner remedio a estas muertes, un grupo de científicos de la Universidad del Sur de Carolina han probado una vacuna experimental que se ha demostrado eficaz en ratones. «Estás alertando a los soldados y tanques de tu sistema inmunológico. La vacuna los activa. 'Oh Dios, hay peligro aquí. Será mejor que me convierta en Hulk.' Cuando tienes superbacterias malas al acecho, es cuando quieres que Hulk esté esperando para atacar en lugar del Dr. Banner, ¿verdad?», explica uno de los científicos que ha participado en el ensayo, cuyo resultado se publica este miércoles en la revista 'Science Translational Medicine'.

La vía de transmisión más importante y habitual de estas infecciones es por contacto indirecto, mediante material clínico como catéteres o superficies contaminadas, manos contaminadas que no han sido lavadas, guantes contaminados que no han sido retirados y ventiladores. Algunas de estas superbacterias son la MRSA (abreviatura de Staphylococcus aureas, resistente a la meticilina) o la Acinetobacter baumannii. «Son una especie de Frankenstein que creamos nosotros al abusar de los antibióticos», explica el doctor Daniel López-Acuña, que trabajó para la Organización Mundial de la Salud entre 1986 y 2014. «Los antibióticos son muy útiles en la lucha contra las bacterias para las que están diseñados, pero algunas de ellas sobreviven y desarrollan resistencia a muchos de estos remedios. Es uno de los grandes problemas del siglo XXI», destaca el experto.

Ventajas respecto a los antibióticos

Las vacunas habituales se centran en lograr que el cuerpo produzca anticuerpos contra un patógeno concreto. La desarrollada ahora activa a los macrófagos -una de las células del sistema inmunitario- para que acaben contra varios de estos agentes infecciosos. «Esto es muy diferente al desarrollo de nuevos antibióticos. Se trata de utilizar nuestro propio sistema inmunológico para luchar contra diferentes superbacterias, lo cual es un enfoque diferente al de todos los demás», explican.

Este remedio experimental consta de solo tres ingredientes, dos de los cuales ya se utilizan en vacunas aprobadas por la autoridades estadounidenses. Un tercer componente es un pequeño trozo de la superficie de un hongo que se encuentra de forma habitual en la piel humana. Probada en dos laboratorios independientes, actúa en 24 horas y su efectividad alcanza los 28 días. En modelos de laboratorio, la cantidad de células inmunitarias que se alimentan de patógenos en la sangre aumentó drásticamente y mejoró el tiempo de supervivencia de las infecciones invasivas de la sangre y los pulmones. Los primeros datos sugieren que una segunda dosis podría ampliar el período para prevenir la infección.

Daniel López-Acuña explica las ventajas de la vacuna frente a los antibióticos. «La primera es que es mejor prevenir que curar. La segunda es de carácter económico, porque los antibióticos más modernos -los de tercera generación- son muy caros. Y por último, las vacunas estimulan el sistema inmune, que se encarga de la infección».

El siguiente paso es presentar una Solicitud de Nuevo Medicamento en Investigación (IND), lo que debería tener lugar el año que viene. El primer ensayo en voluntarios sanos estará orientado a encontrar la dosis segura y capaz de producir el mismo efecto protector que el conseguido en ratones. «Sería una gran ventaja, pero es demasiado pronto para valorarlo porque queda que sea aprobada por las autoridades y probado en humanos», concluye López-Acuña.