Doce retos de la ciencia en 2023

Cada año que comienza nos llena de ilusión ante las nuevas oportunidades que traerá. Es difícil predecir el futuro, pero en el caso de la ciencia las previsiones de los expertos apuntan a que, en 2023, se dará continuidad a los proyectos en los que se ha estado trabajando en 2022, o que se venían desarrollando desde hace tiempo, y se obtendrán los 'frutos' de algunos de ellos. Vacunas de última generación, observación avanzada del universo, aprobación de nuevas terapias, viajes al espacio, hincapié en energías limpias… Parece que, un año más, la ciencia no dejará de evolucionar y sorprendernos.

El nuevo brote de covid-19 en China desafía, nuevamente, nuestra capacidad para hacer frente a este virus, pero también a muchos otros. Tras el exitoso despliegue de las vacunas de ARNm durante la pandemia, muchas de ellas están en desarrollo para diversas patologías. Según recoge la revista Nature, en noviembre, la compañía de biotecnología alemana BioNTech y la farmacéutica estadounidense Pfizer, comenzaron su ensayo de fase I de una vacuna de ARNm diseñada para proteger contra la covid-19 y la gripe, que protege contra seis tipos de variantes de coronavirus, entre los que se encuentran el SARS-CoV-2 y ómicron BA.4/BA.5.

Además, ambas compañías están colaborando en el desarrollo de una vacuna a base de ARNm para reducir la tasa de herpes zóster y se espera que, en las próximas semanas, BioNTech inicie los primeros ensayos en humanos para las vacunas de ARNm contra la malaria, la tuberculosis y el herpes genital.

Por su parte, Moderna, en Cambridge, Massachusetts (EE UU), está realizando sus propias pruebas de este tipo de vacunas contra los virus que causan el herpes genital y el herpes zóster. Otros laboratorios están investigando la posibilidad de administrar vacunas contra la covid-19 utilizando aerosoles nasales de acción rápida, que ya han tenido éxito en ensayos con animales, pero su aplicación en humanos parece aún lejana.

El pasado 5 de diciembre científicos estadounidenses lograron, por primera vez, obtener energía neta utilizando la fusión nuclear. Unos días más tarde, la física Kim Budil, directora del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LLNL), aseguró que «estamos a pocas décadas» de que la fusión nuclear se convierta en la energía limpia e inagotable que cambie el mundo. Así, los experimentos venideros que se realicen este año captarán una gran atención.

«Es un logro en el que se lleva más de 60 años trabajando y un avance muy importante. Aunque de momento se ha conseguido obtener poca energía en el proceso, se está trabajando en mejorarlo y seguirá dando de qué hablar en 2023, al igual que todo lo que tenga que ver con la captación y almacenamiento de energías renovables, especialmente en el momento de crisis energética que vivimos», declara a este periódico José María Martell, vicepresidente de Investigación Científica y Técnica del CSIC.

Las observaciones del Telescopio Espacial James Webb (JWST), que ya ha cumplido un año en el espacio, están todavía en una fase inicial. Este año los astrónomos continuarán compartiendo los resultados y descubrimientos que obtengan con él sobre la evolución de las galaxias y los orígenes del universo.

Este 2023 se espera que despegue, además, el Telescopio Espacial Euclides, en desarrollo por la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo objetivo es orbitar el Sol durante seis años y capturar fotos para crear un mapa 3D del Universo; tal como recoge Nature. Con la ESA precisamente colaborará este año el CSIC en el proyecto Arrakihs, para la búsqueda de materia oscura. «Estas misiones llevan mucho tiempo, pero dará comienzo durante 2023, y es la primera misión de este tipo que coordina España», cuenta Martell.

Por su parte, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón espera poner en marcha la Misión de Imagen de Rayos y Espectroscopia de Rayos X, un satélite en órbita terrestre que detectará la radiación de rayos X de estrellas y galaxias distantes.

Terminará de construirse también el Observatorio Vera C. Rubin, en Chile, que comenzará a capturar imágenes en julio de 2023 y podrá escanear todo el cielo del hemisferio sur en solo tres noches. En China, por su parte, se encenderá el telescopio direccional más grande del mundo, el Radiotelescopio Qitai de Xinjiang (QTT) en la ciudad de Xinjiang, cuyo plato totalmente orientable le permitirá observar el 75% de las estrellas en el cielo, en cualquier momento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pretende publicar este año una lista revisada de patógenos prioritarios. Según Nature, alrededor de 300 científicos revisarán la evidencia de más de 25 familias virales y bacterianas para identificar patógenos que podrían causar brotes futuros, con el fin de crear mapas de ruta de investigación y desarrollo para cada uno de estos patógeno. Con ello se logrará cubrir lagunas de conocimiento y guiar el desarrollo de vacunas, tratamientos y pruebas de diagnóstico.

Al hilo de ello, Martell destaca las investigaciones que se están llevando a cabo, y a las que se dará continuidad este 2023, sobre la resistencia a los antibióticos, pues «ya se augura que será la pandemia del futuro. Por ejemplo, ya hay algún proyecto europeo que se está fraguando a través de una Agencia Española del Medicamento», expresa.

Este año se mantienen en la agenda las investigaciones relacionadas con la crisis climática. Además, está prevista la celebración del XIX Congreso Internacional sobre Sostenibilidad Ambiental, Cultural, Económica y Social, en Liubliana, Eslovenia. Huella ecológica, ascenso del nivel del mar, desertificación, degradación del suelo, sostenibilidad cultural y educación ambiental, serán algunos de los temas que estarán sobre la mesa.

Por su parte, cobrará importancia el acuerdo al que se llegó durante la XXVII Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 2022, para la creación de un fondo de pérdida y daño que acerque al mundo a una mayor situación de justicia climática. Según el acuerdo, los países ricos, que históricamente han sido responsables de altas emisiones, compensarán financieramente a las naciones más pobres, que han soportado la peor parte del cambio climático.

Los detalles sobre cómo llevarlo a cabo aún no se han esclarecido. Se espera que un «comité transitorio» se reúna antes de finales de marzo para hacer recomendaciones sobre cómo organizar estos fondos y esta guía se presentará a los delegados de todo el mundo durante la conferencia de la COP28 de las Naciones Unidas, en Dubái, el próximo noviembre.

La luna será la gran protagonista este 2023. Se espera que durante la primera mitad del año aterricen en su superficie varias misiones lanzadas a finales del 2022. Entre ellas, la misión japonesa HAKUTO-R Misión 1 que pretende posarse sobre el cráter Atlas, situado en la parte noreste de la Luna; la pequeña misión satelital de la NASA Lunar Flaslight, que usará láseres para buscar hielo de agua dentro de los cráteres más oscuros en el Polo Sur de la Luna; o la llegada del primer vehículo lunar de los Emiratos Árabes, el rover Rashid.

La tercera misión de exploración de la Luna de la Organización de Investigación Espacial de la India, Chandrayaan-3, aterrizará cerca del polo sur a mediados de 2023. Además, presenciaremos el primer viaje civil al satélite vecino. Un viaje de seis días a bordo del cohete SpaceX Starship, en el que embarcarán once personas.

En abril, la ESA lanzará su misión Jupiter Icy Moons Explorer (JUICE), para estudiar el medio ambiente en el planeta gaseoso gigante y tres de sus lunas heladas. En septiembre, se espera que la nave espacial Osiris-Rex de la NASA traiga a la Tierra muestras, recogidas en octubre de 2020 del asteroide Bennu, con el fin de analizarlas y comprender mejor cómo se formaron los planetas hace miles de millones de años y cómo se originó la vida en la Tierra.

Ha sido una de las primeras noticias científicas del año. Un grupo de investigación internacional liderado por el laboratorio CIC nanoGUNE, con sede en San Sebastián, ha reconstruido por primera vez los ancestros del sistema de edición genética CRISPR-Cas y ha estudiado su evolución a lo largo del tiempo. La tecnología CRISPR-Cas consiste en cortar el genoma y repararlo donde se quiera mediante el uso de una especie de tijeras moleculares. Los resultados de investigaciones como esta podrían tener aplicaciones innovadoras en pocos años, en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades muy prevalentes, como el cáncer o la diabetes.

De hecho, según la revista especializada 'Nature', es muy probable que en 2023 se apruebe la primera terapia de edición de genes CRISPR para tratar la β-talasemia y la enfermedad de células falciformes, dos trastornos genéticos de la sangre. El tratamiento está siendo desarrollado por las empresas Vertex Pharmaceuticals, en Boston, y CRISPR Therapeutics, en Cambridge, y funciona recogiendo las propias células madre de una persona y utilizando la tecnología CRISPR-Cas9 para corregir el gen defectuoso, antes de infundir las células de nuevo en la persona.

«En tecnologías cuánticas, todo el auge de los ordenadores cuánticos está en el candelero. No solo urge la parte del desarrollo del dispositivo, sino todo lo que es la parte de conocimiento. Por ejemplo, cómo funcionan los algoritmos y la criptografía poscuántica, entre otros», dice Martell. El Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) fue escogido en 2022 por el consorcio de supercomputación de la Unión Europea como uno de los seis centros que albergarán en 2023 uno de los primeros computadores cuánticos.

Este 2023 también está previsto que culmine el «Proyecto Djehuty», que comenzó en enero de 2002, con la apertura al público de las tumbas Djehuty (TT11) y Hery (TT12). El proyecto nació con el objetivo de excavar, restaurar, publicar y divulgar un conjunto de monumentos funerarios y enterramientos de individuos de clase media y alta, en la colina de Dra Abu el-Naga, en el extremo norte de la necrópolis de la antigua ciudad de Tebas, hoy día conocida como Luxor, en Egipto.

La primera instalación de almacenamiento de residuos nucleares del mundo comenzará a funcionar el próximo año en Olkiluoto, una isla frente a la costa suroeste de Finlandia. El Gobierno finlandés aprobó la construcción del depósito subterráneo en 2015, para disponer de combustible nuclear gastado de forma segura. Hasta 6.500 toneladas de uranio radiactivo se empaquetarán en botes de cobre, que estarán cubiertos de arcilla y enterrados dentro de túneles de roca de granito a 400 metros bajo tierra. El material nuclear permanecerá sellado allí durante varios cientos de miles de años, momento en el que los niveles de radiación serán inofensivos.

En abril de 2022 se conocieron los primeros resultados del experimento Muon g - 2 y se espera obtener datos más precisos en 2023. El experimento estudia cómo se comportan las partículas de corta duración, conocidas como muones, en los campos magnéticos y crea una prueba sensible del modelo estándar de física de partículas.

Otro evento muy esperado es la apertura de la Fuente Europea de Neutrones por Espalación (ESS) cerca de Lund, Suecia. El proyecto paneuropeo generará intensos haces de neutrones para estudiar la estructura de los materiales, utilizando el acelerador de protones lineal más potente jamás construido.

2023 también será decisivo en el impulso de la corriente Science for Policy. «La idea es que la evidencia científica se utilice para establecer o favorecer la toma de decisiones políticas, pues casi toda acción legislativa, independientemente del tema o nivel de gobierno, tiene un componente científico», afirma Martell. «En España se está trabajando en cuatro líneas principales: salud, alimentación, energía y el mundo digital, y desde el CSIC estamos elaborando un documento enfocado hacia distintas materias, como los incendios, las sequías, la desertificación o envejecimiento poblacional».

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