El Tyrannosaurus Rex es sin duda uno de los dinosaurios más populares. Su protagonismo estelar en toda la saga de Parque Jurásico ha sido decisivo para convertir en un icono a este enorme depredador que vivió hace unos 65 millones de años en lo que ... hoy es América del Norte. Su aspecto era imponente. Podía alcanzar los trece metros de longitud y pesar más de ocho toneladas. Uno de sus rasgos más característicos eran sus enormes dientes, que podían alcanzar los 15 centímetros y eran visibles incluso con la boca cerrada. Un estudio que se publica este jueves en la revista Science cambia la imagen que tenemos de estos colosos por un pequeño pero llamativo detalle: esa enorme dentición estaría cubierta por un «tejido extraoral», una especie de finos labios. «Dan menos miedo, pero sería una imagen más real», asegura Erik Isamendi, paleontólogo de la UPV/EHU. No solo esto. Los ejemplares jóvenes es posible que tuvieran plumas.
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Para esta reconstrucción facial, los autores del trabajo examinaron la relación entre la longitud del cráneo y el tamaño de los dientes de los dinosaurios terópodos -la especie del T-Rex- y reptiles dentados tanto vivos como ya extintos. También analizaron los patrones de desgaste en las piezas dentales. Comparados con los de los cocodrilos, los dientes de los tiranosaurios no presentaban desgaste de la superficie externa, lo que indicaría la existencia de «un tejido extraoral» y de «secreciones que los mantenían hidratados y protegidos». Los especialistas descubrieron algo más. Aunque los cráneos y los dientes de algunos de aquellos gigantes eran mucho más grandes que los de los reptiles actuales, la relación entre el tamaño de los dientes y sus cabezas en los terópodos era muy similar a la de los varanos como el dragón de Comodo, que no tienen los dientes expuestos. En resumen, «los dientes de los tiranosaurios no serían demasiado grandes para caber en sus mandíbulas», aseguran. «No es seguro, pero es probable que fuera así», apoya Isamendi, que incide también en la relevancia de estas conclusiones para la paleoilustración, la representación de estos animales extinguidos. «Es un gran cambio», insiste.
No es este el único cambio que habría que hacer en la imagen que tenemos de estos depredadores. Quizás habría que imaginarlos con plumas, como los velociraptores. Según el experto de la UPV/EHU, los ejemplares más jóvenes podrían tenerlas. Los adultos, quizás las perdieran a medida que crecían o las conservaran solo en parte. En cualquiera de los casos, su función no estaría relacionada con el vuelo, sino que les serviría para regular la temperatura corporal -en edad adulta, debido a su tamaño, no les haría falta-, para camuflarse o para rituales de apareamiento.
Tampoco serían tan rápidos como para perseguir a un coche, como sucede en Parque Jurásico. Según un estudio publicado en 2021, un tiranosaurio caminaría a una velocidad de unos 4,6 kilómetros por hora, parecida a la de los humanos. Corriendo alcanzaría entre 20 y 30km/h. Por comparación, un elefante puede alcanzar los 40km/h. Está por desvelar también cómo cazaban, si lo hacían en solitario o en grupo. En cualquier caso, sus presas serían el también popular triceratops -el dinosaurio con cuernos en la cabeza- y los hadrosaurios, unos herbívoros con 'cresta' y con una peculiar boca en forma de pico de pato.
La última polémica sobre los T-Rex surgió hace poco más de un año. Un equipo de científicos analizó los huesos de las piernas y los dientes de 38 especímenes, y llegaron a la conclusión de que en lugar de una especie, debería hablarse de tres diferentes: el T. rex estándar, el T. imperator para los especímenes más grandes y el T. reina para los más pequeños y delgados. Recibieron una rápida respuesta por parte de un grupo de paleontólogos del Museo Americano de Historia Natural (Nueva York) y el Carthage College (Wisconsin). «Es cierto que los fósiles que tenemos varían en tamaño y forma pero, como mostramos en nuestro nuevo estudio, esa variación es menor y no se puede usar para separar claramente los fósiles en grupos bien definidos», aseguraron. El debate sigue abierto. Mientras se resuelve, su aspecto da un poco menos de miedo.
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