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Tsunami es una palabra que en España suena lo suficientemente lejana como para subestimar dicho fenómeno natural. Tanto es así que, a pesar de contar con más de 7.000 kilómetros de costas marítimas en las que reside el 58% de la población (unos 23 millones de habitantes), con varias zonas en las que el riesgo de maremotos es alto, ningún municipio español tiene las medidas de prevención y respuesta adecuadas para hacer frente a esta amenaza. ¿Por qué?
Ignacio Aguirre Ayerbe, geógrafo e investigador del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria), opina que «con los tsunamis en general, como con cualquier riesgo que tiene una frecuencia de ocurrencia baja, se puede prever que los recursos a destinar son menos urgentes y cuesta más hacerles hueco en la agenda diaria». Juan V. Cantavella, director de la red sísmica del Instituto Geográfico Nacional (IGN), encargado del Sistema de Alerta por Maremoto en España, añade que «el riesgo de tsunami en nuestro país es el mismo ahora que hace 20 o 50 años. La diferencia es que ahora hay más conciencia de ello porque, a nivel mundial, después del tsunami de 2004 en Indonesia, que provocó más de 200.000 víctimas, y del de 2011 en Japón, con 18.500 fallecidos, aumentó la sensibilización de la población y se empezaron a tomar mayores medidas de prevención en todo el mundo, incluida España».
Como consecuencia, en 2015, el Gobierno aprobó el Real Decreto de la Directriz básica de planificación de protección civil ante el riesgo de maremotos, que establece los requerimientos mínimos de la estrategia para la gestión de tsunamis en España. Más recientemente, en 2021, el I Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos del IGN, establece un protocolo de avisos sobre fenómenos susceptibles de generar maremotos.
A raíz de todo ello, varias regiones españolas han reaccionado. Destaca el caso de Andalucía, la comunidad autónoma con más riesgo de sufrir un tsunami y la más adelantada en la implementación de medidas de seguridad y evacuación al respecto. En el municipio gaditano de Chipiona, por ejemplo, este verano han colocado señales que indican la ruta de evacuación más cercana en caso de tsunami, a modo de simulacro. «No son definitivas, probablemente se cambien por una señalización internacional y unificada, pero el ayuntamiento quería comprobar qué reacción provocaban en la población», cuenta Aguirre.
El IHCantabria comenzó a colaborar con el Ayuntamiento de Chipiona en 2020, elaborando mapas de inundación, para prever las zonas más vulnerables, y rutas seguras de evacuación. El objetivo a alcanzar es el reconocimiento Tsunami Ready, otorgado por la UNESCO, que acredita que un territorio cumple con los 12 indicadores de evaluación, preparación y mitigación de tsunamis y está preparado para hacer frente al fenómeno. Actualmente, solo 40 zonas costeras de 21 países lo poseen y Chipiona espera conseguirlo en 2024.
Con este fin, más adelante, Chipiona planea publicar los mapas de evacuación entre la población, realizar actividades de divulgación y educación, elaborar un cuestionario para evaluar la percepción del riesgo que hay en el municipio, revisar el plan de emergencias municipal para integrar la amenaza de tsunamis, instalar una sirena, revisar la megafonía de las playas o realizar simulacros, entre otras cosas.
Localidades andaluzas como Huelva también han puesto en marcha proyectos en paralelo. Igualmente, en octubre de 2021, la junta de Andalucía realizó el primer gran simulacro de catástrofe, denominado 'RespuestA 21', que puso a prueba la actuación de la comunidad en caso de maremoto, terremoto e inundaciones. En cambio, en las regiones de la zona del cantábrico, mucho menos expuestas al riesgo porque en sus inmediaciones no existen fallas activas cercanas –grietas en el fondo del mar capaces de crear terremotos–, está costando más que se destinen recursos a esta labor.
De llegar un tsunami, las olas que alcanzarían Asturias, Cantabria o País Vasco serían inferiores a los 0,5 metros, según el IGN. No así en Galicia, donde las olas podrían llegar a medir dos metros. Andalucía, Canarias, Baleares, la Comunidad Valenciana, Murcia y Cataluña, en cambio, están más expuestas.
Juan V. Cantavella
Director de la Red Sísmica del IGN
Si bien la probabilidad de que un tsunami llegue a España es baja, es mayor de lo que se pensaba, tal como constató el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un estudio publicado en 2021 en la revista Scientific Reports, donde advertía del descubrimiento de una falla activa situada en el mar de Alborán capaz de provocar un tsunami con olas de hasta seis metros de altura que tardarían en llegar a la costa andaluza entre 21 y 35 minutos.
El asunto ha vuelto a ponerse sobre la mesa tras la advertencia de la UNESCO, el pasado mes de junio, sobre la «alta posibilidad que de un tsunami de más de un metro impacte en la costa mediterránea en los próximos 30 años» y la urgente necesidad de que todas las localidades costeras estén preparadas para actuar.
Para provocar un tsunami, la magnitud momento (Mw) de un terremoto debe ser mayor de 6 grados, según la Red Sísmica Nacional. Este es el organismo encargado de detectar los fenómenos que pueden producir tsunamis y simular una predicción sobre cuáles serán los municipios afectados, la hora estimada de llegada de la ola gigante y su intensidad. «Es una labor que nos lleva escasos minutos. Después la alerta se envía a las entidades de Protección Civil autonómicas y regionales correspondientes, a las que corresponde poner en marcha los protocolos de seguridad y evacuación», cuenta Cantavella.
Las olas
Origen de los tsunamis considerando los escenarios de terremotos más creíbles en la región del Golfo de Cádiz
Altura al
llegar
a la costa
Tiempo
aproximado
de llegada
Fallas
0,0 m
00
1. Galicia
2,0 m
+1 h
2. Asturias, Cantabria y País Vasco
Menor de
0,5 m
3. Cataluña
y Com. Valenciana
0 m
1,0 m
Las fallas están muy próximas a
la costa o en tierra por lo que la
llegada de la ola será casi instantánea
4 y 5. Baleares
0,6 m
1,0 m
20 m
35 m
6. Murcia
Costa norte
30 m
2,0 m
Costa sur
0,5 m
7. Andalucía
8,0 m
5,0 m
55 m
20 m
Podrían llegar también maremotos
de menor magnitud con un tiempo
de 30 m
5,0 m
20 m
8. Melilla
9. Ceuta
1,2 m
20 m
10. Canarias
8,0 m
+1 h
Fuente: Instituto Geográfico Nacional.
J. de Velasco
Menor de
Las olas
2,0 m
0,5 m
+1 h
Origen de los tsunamis considerando los escenarios de terremotos más creíbles en la región del Golfo de Cádiz
1,0 m
Costa norte
Costa sur
0 m
2,0 m
0,5 m
0,6 m
20 m
30 m
8,0 m
5,0 m
Marqués
de Pombal
1,0 m
Banco de Gorringe
55 m
20 m
35 m
Banco
de Portimao
Horseshoe-
San Vicente
5,0 m
20 m
Melilla
1,2 m
Cádiz
20 m
Ceuta
8,0 m
0,0 m
Altura al llegar
a la costa
+1 h
Tiempo aproximado
de llegada
00
Fallas
Fuente: Instituto Geográfico Nacional.
J. de Velasco
Si el tsunami tiene energía suficiente, puede atravesar toda la cuenca oceánica y afectar a costas lejanas. Un tsunami regional, por ejemplo, generado al suroeste del cabo de San Vicente (Portugal), llegaría a la costa de Cádiz en 40 minutos, el mismo tiempo que tarda en llegar un tsunami generado en Argelia a las islas Baleares. En cambio, un teletsunami (maremotos que se originan a una gran distancia), tardarían más tiempo. Por ejemplo, si el terremoto proviene de las islas del Caribe, llegará a Canarias en seis horas y a las costas de Huelva y Cádiz en ocho.
Sobre si la influencia del cambio climático incrementará el número de tsunamis en España, Cantavella dice que «su relación directa no está clara». Aun así, el derretimiento de los polos a consecuencia del calentamiento global puede aumentar el nivel medio del mar a escala mundial hasta dos o más metros en algunas zonas costeras, lo que incrementará el riesgo de marejadas ciclónicas y mareas altas que pueden provocar inundaciones tierra adentro. Ante ello, las medidas de evacuación frente a los tsunamis también son útiles.
Las enormes olas que caracterizan a los tsunamis son causadas, en el 80% de los casos, por terremotos en el fondo del mar o cercanos a la costa, según el IGN. A mayor profundidad del terremoto, menor será el tsunami generado, considerándose que a partir de 100 kilómetros de profundidad los terremotos no producen tsunamis. La actividad volcánica y los fenómenos meteorológicos son otras causas menos frecuentes.
¿Qué hacer en caso de tsunami?
Tenga identificadas las zonas de
evacuación accesibles en 15 minutos
a pie.
Diríjase a lo más elevado y tierra adentro posible.
Aléjese de ríos y estuarios.
El mar puede adentrarse en ellos.
Si es arrastrado agárrese a algo que flote.
Si está en una embarcación, navegue mar adentro hasta que la profundidad sea superior a 100 metros.
100 m
Suba por encima de una 3ª planta o azotea de una construcción sólida. Como último recurso súbase a un árbol.
Tenga precaución con los cables y objetos que puedan caer.
¿CUÁNDO EVACUAR?
Cuando esté cerca de la costa o sienta un terremoto fuerte o prolongado.
Cuando observe una retirada rápida y evidente del mar. Cuando oiga un rugido similar al de un tren.
Cuando haya una alerta o comunicado oficial.
¿CUÁNDO REGRESAR?
Cuando lo dispongan las autoridades. Un tsunami puede durar horas.
Instituto Geográfico Nacional.
¿Qué hacer en caso de tsunami?
Tenga identificadas las zonas de evacuación
accesibles en 15 minutos a pie.
Diríjase a lo más elevado y tierra adentro posible.
Aléjese de ríos y estuarios.
El mar puede adentrarse en ellos.
Si es arrastrado agárrese a algo que flote.
Si está en una embarcación, navegue mar adentro hasta que la profundidad sea superior a 100 metros.
100 m
Suba por encima de una 3ª planta o azotea de una construcción sólida. Como último recurso súbase a un árbol.
Tenga precaución con los cables y objetos que puedan caer.
¿CUÁNDO EVACUAR?
Cuando esté cerca de la costa o sienta un terremoto fuerte o prolongado.
Cuando observe una retirada rápida y evidente del mar. Cuando oiga un rugido similar al de un tren.
Cuando haya una alerta o comunicado oficial.
¿CUÁNDO REGRESAR?
Cuando lo dispongan las autoridades. Un tsunami puede durar horas.
Instituto Geográfico Nacional.
¿Qué hacer en caso de tsunami?
Tenga identificadas las zonas de evacuación accesibles en 15 minutos a pie.
Diríjase a lo más elevado y tierra adentro posible.
Aléjese de ríos y estuarios.
El mar puede adentrarse en ellos.
Si es arrastrado agárrese a algo que flote.
Si está en una embarcación, navegue mar adentro hasta que la profundidad sea superior a 100 metros.
100 m
Suba por encima de una 3ª planta o azotea de una construcción sólida. Como último recurso súbase a un árbol.
Tenga precaución con los cables y objetos que puedan caer.
¿CUÁNDO EVACUAR?
Cuando esté cerca de la costa o sienta un terremoto fuerte o prolongado.
Cuando observe una retirada rápida y evidente del mar. Cuando oiga un rugido similar al de un tren.
Cuando haya una alerta o comunicado oficial.
¿CUÁNDO REGRESAR?
Cuando lo dispongan las autoridades. Un tsunami puede durar horas.
Instituto Geográfico Nacional.
En alta mar el tsunami se desplaza aproximadamente a la velocidad de crucero de un avión (900 km/h) y se ralentiza conforme se acerca a la costa, hasta avanzar a la velocidad de una bicicleta (30 km/h), según el IGN. Cuando las olas entran a aguas poco profundas, pueden alcanzar varios metros de altura, golpear la costa con fuerza y provocar una gran destrucción. Las principales consecuencias son pérdidas humanas, económicas y daños medioambientales.
En los últimos 100 años, 58 tsunamis se han cobrado más de 260.000 vidas, superando cualquier otro peligro natural. Por fortuna, ocurren con poca frecuencia en la Tierra, aproximadamente uno al año.
Los maremotos son un fenómeno que se repite cada cierto número de años en España, como ocurrió el 1 de noviembre de 1755, cuando el gran terremoto que asoló Lisboa y su posterior tsunami llegaron a orillas de Huelva y Cádiz y provocaron más de 2.000 muertos y enormes pérdidas materiales.
«Algo así puede volver a ocurrir, con el agravante de que ahora nuestras costas están más pobladas, tienen más turismo y hay más infraestructuras susceptibles de sufrir daños», alerta Cantavella. Es más, aunque el de 1755 ha sido el tsunami más destructivo en nuestro país hasta la fecha, los ha habido más recientes, como el que llegó a Baleares en 2003. Igualmente, seísmos de baja intensidad se producen de forma habitual.
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