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Musk, con el robot que implanta el dispositivo en el cerebro. Afp
'Proyecto Telepatía': para qué quiere Elon Musk implantar chips en el cerebro

'Proyecto Telepatía': para qué quiere Elon Musk implantar chips en el cerebro

El magnate anuncia que se ha realizado la primera prueba en un ser humano pese a que en los ensayos con animales hubo que sacrificar a doce macacos

Martes, 30 de enero 2024, 18:57

El 9 de abril de 2021, Elon Musk sorprendió al mundo presentando a un macaco jugando al Pong, el popular videojuego similar al tenis en el que se trata de hacer rebotar una pelota de un lado al otro moviendo dos barras situadas en los laterales de la pantalla. Lo sorprendente del caso es que 'Page' -así se llamaba el primate- lo hacía sin ningún tipo de mando, solo mirando la pantalla, gracias a dos diminutos chips implantados en su cerebro. Más de tres años después, unos de esos chips se ha implantado en un ser humano. «Se está recuperando bien. Los resultados iniciales muestran una prometedora detección de picos neuronales», indicó en su cuenta de X/Twitter sin ofrecer más detalles.

El objetivo del conocido como 'proyecto Telepatía' es «crear una interfaz cerebral generalizada para restaurar la autonomía de quienes hoy tienen necesidades médicas insatisfechas y desbloquear el potencial humano del mañana», según explica en su página web Neuralink, la empresa fundada por el magnate en 2016. «Los primeros usuarios serán aquellos que han perdido el uso de sus extremidades. Imaginen si Stephen Hawking se hubiera comunicado más rápido que un estenógrafo. Esa es la meta», aseguró en su momento el propio Musk. En otras palabras, se trata de «permitir que alguien con parálisis use un smartphone con la mente más rápido que alguien que usa los pulgares…». La versión más ambiciosa va más allá y persigue que «los parapléjicos vuelvan a caminar». Respecto al «desbloqueo del potencial humano del mañana», poco más se sabe al margen de que en otras ocasiones el excéntrico millonario ha hablado de superar a la inteligencia artificial.

¿Cómo funcionan estos chips cerebrales? El implante N1 tiene el tamaño de una moneda pequeña y se coloca en la parte del cerebro que controla el movimiento gracias a una intervención llevada a cabo por un robot, ya que los «64 cables con los que cuenta son tan finos que no pueden ser colocados por una mano humana». El artilugio dispone de 1.024 electrodos que registran la actividad eléctrica del cerebro y la transmiten a una aplicación que descifra la información y la traduce en movimientos. Según Neuralink, la batería se cargaría sin cables.

Polémica por los animales muertos

El camino hasta el ensayo en humanos ha sido largo y, como suele ocurrir con los planes de Elon Musk -su empresa Space X tiene una tasa de siniestrabilidad laboral muy superior a la media del sector y la camioneta cibertruck de Tesla ha sufrido innumerables retrasos hasta salir al mercado-, no ha estado exento de polémicas. En septiembre del año pasado, un grupo de médicos denunció que una docena de macacos rhesus tuvieron que ser sacrificados durante las pruebas con estos implantes. Sufrieron «diarrea con sangre, parálisis parcial y edema cerebral» y murieron a una edad media de poco más de siete años cuando su vida en cautividad puede alcanzar los 25 años. Al menos tres de ellos sufrieron infecciones tras intentar quitarse los implantes.

Algunos extrabajadores acusaron a la compañía de acelerar las investigaciones produciendo «sufrimiento y muertes innecesarias». La respuesta del hombre más rico del mundo fue que «ningún mono ha muerto como resultado de un implante Neuralink» y que experimentaba con primates que ya estaban «al borde de la muerte». Las dudas hicieron que las autoridades estadounidenses rechazaran a principios de 2022 la primera tentativa de iniciar las pruebas en humanos. Finalmente accedieron en mayo del año pasado.

Neuralink comenzó en septiembre de 2023 a reclutar voluntarios para unos experimentos que se prolongarán durante seis años

La firma comenzó en septiembre de 2023 a reclutar voluntarios para unos experimentos que se prolongarán durante seis años. Los candidatos debían ser tetrapléjicos con lesiones en la columna o enfermos de ELA -la enfermedad del citado Stephen Hawking-. En ambos casos tenían que tener más de 22 años y tener a su disposición un cuidador.

Otro de los problemas han sido los protocolos de seguridad. Hace apenas unas semanas Neuralink, que cuenta con una plantilla de unos 400 empleados y está valorada en 5.000 millones de dólares, fue multada por infringir las normas del Departamento de Transporte de Estados Unidos relativas al transporte de materiales peligrosos.

No es el primero

Por novedoso que parezca, no es la primera vez que se implantan chips cerebrales en personas con parálisis. En mayo del año pasado, un holandés de 40 años que había quedado tetrapléjico hace doce tras un accidente en bicicleta logró caminar con la ayuda de un andador. El paciente había recibido la primera conexión o interfaz hombre-máquina entrenada con inteligencia artificial. En concreto, recibió un implante en la médula espinal y otro, más complejo, que conectaba su cerebro con un ordenador. Con técnicas más o menos similares se ha logrado el mismo resultado en enfermos de párkinson con graves problemas de movilidad.

Incluso en Estados Unidos una startup se ha adelantado a Neuralink. La compañía Synchron anunció en julio de 2022 que había puesto implantes a un paciente estadounidense y cuatro australianos con el resultado de que lograron enviar correos electrónicos, whatsapps y realizaron compras online solo con su pensamiento. Ninguno experimentó efectos secundarios. En septiembre del año pasado, la compañía holandesa Onwards anunció otro proyecto en esta misma línea.

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