No soy pronuclear, soy proaritmética

OPINIÓN ·
Una combinación adecuada de energías renovables y nuclear ha demostrado ser la forma más eficiente de reducir las emisiones

ALFREDO GARCÍA FERNÁNDEZ

Martes, 30 de noviembre 2021 | Actualizado 02/02/2022 13:09h.

Alfredo García Fernández es ingeniero, operador nuclear y autor del libro 'La energía nuclear salvará el mundo'

Decía Abraham Maslow que, «si sólo tienes un martillo, todo parece un clavo». Es habitual que quien defiende una idea o una herramienta pretenda que sirva para ... solucionar todos los problemas. La mitigación del calentamiento global, garantizando la energía que necesitamos para nuestro desarrollo es, probablemente, el mayor reto al que se enfrenta la Humanidad. Dado que es un problema global y complejo, las soluciones no pueden ser únicas y sencillas, necesitamos una combinación de ellas y un gran compromiso de todos para aplicarlas en la medida de nuestras posibilidades.

Mi propuesta para conseguir la llamada 'neutralidad climática' en 2050, considerada por el IPCC como la única vía posible para mitigar las graves consecuencias del calentamiento global, es una combinación de varias herramientas centradas en cuatro ejes:

1) Tenemos que mejorar la eficiencia energética, no entendida como retroceder al Medievo, sino optimizar todos los consumos energéticos eliminando los superfluos. No perdamos de vista que el consumo energético mundial crecerá inevitablemente porque los países menos desarrollados tienen el mismo derecho que los desarrollados a mejorar su calidad de vida.

2) Necesitamos electrificar toda nuestra economía, comenzando por el transporte por carretera y siguiendo con el marítimo y aéreo, los hogares, la agricultura, la minería y la industria.

3) Debemos aumentar la captura de dióxido de carbono, tanto reforestando zonas como trabajando en la captura industrial.

4) Y necesitamos generar toda nuestra electricidad con energías bajas en emisiones de gases de efecto invernadero, en función de los recursos energéticos de cada país. Una combinación adecuada de energías renovables y nuclear ha demostrado ser la forma más eficiente de reducir las emisiones.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha repetido en múltiples ocasiones que no podemos prescindir de la energía nuclear si aspiramos a conseguir los objetivos de reducción de emisiones. Las energías renovables con mayor potencial de crecimiento en la actualidad son variables, dependen de la cantidad de luz solar y viento disponibles, o incluso del agua que, aunque suele proporcionar potencia constante, es un bien estacional y cada vez más escaso en algunos países como España. No existen enormes baterías capaces de garantizar el suministro en los días sin producción renovable y nadie sabe cuándo estarán disponibles y a qué precio. Estas energías necesitan un respaldo bajo en emisiones que evite apagones y que además no dispare el precio, como hemos podido comprobar en los últimos meses con el gas natural. Es el momento oportuno de recordar las palabras del tristemente desaparecido físico y matemático David MacKay: «No estoy tratando de ser pronuclear. Solo soy proaritmética».