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El Ministerio de Ciencia e Innovación ha concedido a Luis Vega, catedrático de Análisis Matemático de la Universidad del País Vasco, el Premio Nacional Julio Rey Pastor en el área de Matemáticas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, por «la excelencia de su ... labor investigadora y sus aplicaciones al estudio del análisis armónico para ecuaciones diferenciales dispersivas, que han supuesto un impacto científico muy singular» en la disciplina. El galardonado, profesor de la UPV/EHU desde 1993, es coordinador del Grupo de Análisis de Ecuaciones Diferenciales Parciales e investigador principal de la acreditación Severo Ochoa del Basque Center for Applied Mathematics (BCAM), centro de excelencia del que fue director científico entre 2014 y 2019.
«Es un orgullo ver que se reconoce así el trabajo que he hecho durante años en colaboración con muchos colegas y estudiantes en la UPV/EHU y en el BCAM. Es un estímulo y una alegría», ha indicado el premiado a este periódico desde Providence (EE UU), donde realiza una estancia en el Instituto de Investigación Computacional y Experimental en Matemáticas (ICERM) de la Universidad de Brown y disfruta de «la belleza del otoño de Nueva Inglaterra».
Vega se dedica «a resolver ecuaciones en derivadas parciales, ecuaciones que describen muchos de los fenómenos de la naturaleza» y, por eso mismo, tienen aplicaciones. El catedrático de la UPV/EHU investiga «lo que llamamos la turbulencia de los fluidos, lo que hace que cuando viajamos en avión nos tengamos que atar el cinturón de seguridad porque el capitán nos avisa de que hay turbulencias y tenemos que tener cuidado».
«Aunque las ecuaciones que gobiernan los fluidos están escritas desde hace más de 200 años, todavía hay cuestiones básicas que no sabemos resolver. Por ejemplo, ¿cuál es el tiempo mínimo entre el despegue de un avión y de otro por la misma pista?, ¿cuánto tiempo tiene que esperar una avioneta para despegar después de un Jumbo?, ¿cuáles son los riesgos si no se espera? Estas preguntas, sencillas, no son fáciles de responder», indica Vega, que investiga el comportamiento de los fluidos desde principios de los 2000.
Su objetivo es entender los mecanismos básicos de los fenómenos naturales para «expresarlos en un lenguaje más o menos sencillo que entiendan muchos más investigadores y para el que encuentren utilidades y creen, por ejemplo, ventiladores o secadores de pelo más eficientes, que es lo que ha hecho de Dyson una compañía emblemática. Hablamos de fluidos. Ellos han entendido uno de los mecanismos básicos y han desarrollado una tecnología que les ha permitido mejorar lo que había antes», explica el investigador, que agradece el apoyo «constante» que ha recibido su trabajo en la UPV/EHU y el BCAM. «Sin ese apoyo, y el fundamental de mi entorno familiar, este éxito no habría sido posible».
Luis Vega (Madrid, 1960) se licenció en Matemáticas en la Universidad Complutense de Madrid en 1982, se doctoró en 1988 por la Universidad Autónoma de Madrid y, tras dos años en la Universidad de Chicago, llegó a la UPV/EHU en 1993. Premio Euskadi de Investigación en 2012 y 'fellow' de la Sociedad Estadounidense de Matemáticas, recibió en 2015 la medalla Blaise Pascal en Matemáticas que concede la Academia Europea de Ciencias y reconoce «una contribución personal excepcional y demostrada a la ciencia y tecnología, y la promoción de la excelencia en investigación y educación».
Creados en 1982, los premios nacionales de investigación son los galardones más importantes de España en el ámbito científico. Reconocen la labor profesional de quienes «contribuyen excepcionalmente al avance de la ciencia, al mejor conocimiento del ser humano y su convivencia, a la transferencia de tecnología y al progreso de la Humanidad». Están dotados con 30.000 euros en cada una de sus diez categorías.
Además de Luis Vega, este año han sido galardonados Francisco José García Vidal (Premio Blas Cabrera en el área de Ciencias Físicas, de los Materiales y de la Tierra); Hermenegildo García Gómez (Premio Enrique Moles en el área de Ciencia y Tecnología Químicas); Montserrat Vilà Planellas (Premio Alejandro Malaspina en el área de Ciencias y Tecnologías de los Recursos Naturales); María José Alonso Fernández (Premio Juan de la Cierva en el área de Transferencia de Tecnología); Jesús Fernando San Miguel Izquierdo (Premio Gregorio Marañón en el área de Medicina); Purificación Muñoz Cánoves (Premio Santiago Ramón y Cajal en el área de Biología); Aníbal Ollero Baturone (Premio Leonardo Torres Quevedo en el área de Ingenierías); Jordi Galí Garreta (Premio Pascual Madoz en las áreas de Derecho y Ciencias Económicas y Sociales); y Margarita Díaz-Andreu (Premio Ramón Menéndez Pidal en el área de Humanidades).
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