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Space X, la empresa espacial de Elon Musk, ha anunciado que detiene los lanzamientos del cohete Falcon 9 tras un fallo detectado en la misión que partió este sábado hacia la Estación Espacial Internacional para rescatar a los dos astronautas atrapados allí desde junio. ... En concreto, una de las dos etapas que conforman el artilugio sufrió un problema en la reentrada en la atmósfera que hizo que aterrizara fuera de la zona prevista. «Tras el exitoso lanzamiento de 'Crew-9', la segunda etapa del Falcon 9 se desechó en el océano como estaba previsto, pero sufrió una combustión anormal al salir de órbita. Como resultado, la segunda etapa aterrizó sin problemas en el océano, pero fuera del área prevista. Reanudaremos los lanzamientos después de que comprendamos mejor la causa raíz», ha informado la compañía.
El Falcon 9, de 70 metros de altura y 3,8 metros de diámetro, es el propulsor utilizado para poner en órbita el enjambre de satélites de Starlink que rodean al planeta así como otros satélites de pequeño tamaño de otras compañías. También es el encargado de transportar carga y tripulación a la Estación Espacial Internacional, tal y como ocurrió este sábado con la mencionada 'Crew-9'.
En servicio desde 2010 y con capacidad para transportar 22.800 kilos a la órbita baja terrestre -una franja que se extiende hasta aproximadamente hasta los 1.000 kilómetros de altura-, su principal característica es que es reutilizable, lo que abarata los costes de las misiones espaciales. Un mismo cohete ha llegado a lanzarse hasta en veinte ocasiones. La decisión de Space X afecta directamente a los 20 satélites que debían ser puestos en órbita hoy mismo desde la base de la Fuerza Espacial Vandenberg (California).
A pesar de que este modelo ha superado ya con holgura las 300 misiones y que despega prácticamente cada tres días, el detectado ahora no es la primera incidencia detectada. Este mismo verano, el 11 de julio, un Falcon 9 no logró alcanzar la altura a la que suelen desplegarse los satélites por una explosión en un motor. La empresa paralizó los lanzamientos durante 15 días hasta que los ingenieros descubrieron que una fuga de oxígeno provocó un enfriamiento excesivo de las piezas del motor y lo dejó sin combustible suficiente para funcionar con normalidad.
No es este el único problema espacial para Musk. La Starship, el cohete más grande y potente jamás construido, está a la espera de su quinto vuelo de prueba. Pese a que el cuarto vuelo cumplió el plan, en este nuevo ensayo está previsto probar por primera vez el 'mechazilla', unos enormes brazos robóticos que deberían capturar en el aire la parte propulsora del enorme artilugio. Esta novedad hace que tenga que obtener el visto bueno de las autoridades, lo que ha hecho a Musk acusar a estas de entorpecer el programa espacial.
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