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La sonda china Chang'e 6 ya está en el camino de regreso hacia la Tierra tras cumplir con su objetivo de recoger muestras de la cara oculta de la Luna, un hito no logrado hasta ahora en la carrera espacial, ni siquiera por Estados ... Unidos. Se espera que el artilugio aterrice en nuestro planeta a finales de este mes. Los científicos chinos consideran que la misión podría ofrecer más pistas de cómo se formó el satélite terrestre.
La nave del gigante asiático solo ha permanecido dos días sobre la Luna. Aterrizó este domingo en la inmensa cuenca Aitken, uno de los más grandes cráteres de impacto conocidos en el sistema solar. Descubierto en 2010, está situado en el Polo Sur y tiene unos 2.500 kilómetros de extensión y 13 kilómetros de profundidad. Para recoger el polvo y rocas lunares ha utilizado un taladro para perforar la superficie y un brazo robótico. China ya había colocado en 2019 una nave espacial en la cara oculta de la Luna –llamada así porque no es visible desde la Tierra–, pero no recolectó ninguna muestra.
La Chang'e 6, que despegó el pasado 3 de mayo desde el Centro de Lanzamiento de Naves Espaciales de Wenchang, en la provincia meridional de Hainan, consta de cuatro partes: un orbitador, un aterrizador, un ascensor y un módulo de reentrada. El ascensor tenía como misión transportar las muestras lunares recolectadas por el aterrizador hasta el orbitador lunar. Una vez allí, estas fueron transferidas al módulo de reentrada, que es el encargado de traerlas de vuelta para su análisis. La sonda llevaba a bordo además varios equipos científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA), el Centro Nacional de Estudios Espaciales francés (CNES), Italia y Pakistán.
A diferencia de los problemas que están teniendo la NASA y las empresas privadas con las que colabora, que a duras penas logran situar sus dispositivos sobre la Luna, China sigue mostrando una efectividad absoluta en sus misiones lunares. Las Chang'e 3, 4 y 5 alunizaron sin mayor problema en los años 2013, 2019 y 2020 respectivamente. La primera convirtió al país en el tercero en ser capaz de alunizar tras Estados Unidos y la Unión Soviética. La segunda supuso el citado hito de lograr situar una nave en la cara oculta y la última recogió 1,7 kilos de muestras de la superficie lunar. En sus análisis detectó por primera vez de forma directa la presencia de agua en la Luna.
El programa Chang'e –llamado así en honor a una diosa que según la tradición china vive en la Luna– comenzó en 2007 con la Chang'e 1, que orbitó en torno al satélite durante año y medio hasta que se estrelló de forma controlada en marzo de 2009. En los próximos años, la Chang'e 7, explorará el polo sur de la Luna en búsqueda de agua y la Chang'e 8 intentará establecer la viabilidad de construir una base allí en 2030. Estados Unidos recela de estos planes por ocultar, según Washington, objetivos militares y por pretender dominar el espacio.
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