Más evidencias para descartar que el cometa 'Oumuamua' fuera una nave extraterrestre

Un estudio publicado este miércoles en la revista Nature explica su extraña trayectoria por un proceso físico presente en muchos cometas helados

Miércoles, 22 de marzo 2023

El 19 de octubre de 2017 es una fecha para recordar en la historia de la astronomía. Ese día se detectó la presencia del primer visitante interestelar. Era un cometa de 230 metros de longitud y 35 de anchura y grosor que fue bautizado con ... el nombre de 'Oumuamua', explorador en hawaiano. Lo más llamativo es que no era un cometa como los demás. No tenía la característica cola, su forma era parecida a una de esas naves aplanadas de La Guerra de las Galaxias y su tamaño era inusualmente pequeño. Pero lo más llamativo era su errática trayectoria: se alejaba del Sol de una forma que los científicos no podían explicar. Algunos expertos incluso aseguraron que se trataba de una nave extraterrestre. «Mientras no demos con una explicación natural, la única posibilidad que nos queda es que se trate de un objeto artificial. Una vela solar fabricada por seres inteligentes, por ejemplo», decía el astrónomo de Harvard Abraham Loeb.

Publicidad

Desde ese momento han surgido teorías menos 'arriesgadas'. Entre el 13 de noviembre y el 5 de diciembre de 2017, investigadores del Instituto SETI, dedicado a la búsqueda de inteligencias extraterrestres, apuntaron las antenas del Conjunto de Telescopios Allen hacia el asteroide para captar alguna señal de radio. El resultado fue negativo. «Buscábamos una señal que probara que este objeto incorpora alguna tecnología, que es de origen artificial. No encontramos tales emisiones a pesar de una búsqueda bastante minuciosa», aseguraron. Y en 2019, un trabajo de la universidad de Maryland apuntaba que «Oumuamua tiene un origen puramente natural». «Es un objeto que podría haber escapado de su sistema original, por ejemplo al haber sido expulsado por un planeta gigante gaseoso que orbita otra estrella», explicaron.

La navaja de Ockham: la explicación más sencilla

El principio de Ockham asegura que «en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable». En esta línea va precisamente un trabajo publicado este miércoles en la revista Nature por dos especialistas de las universidades de Berkeley y Cornell. Según estos, el extraño comportamiento de 'Oumuamua' puede entenderse con un mecanismo físico común en muchos cometas helados: el desprendimiento de hidrógeno a medida que el cometa se calienta a la luz del sol. Tal y como corrobora Agustín Sánchez-Lavega, astrofísico y profesor de Física Aplicada de la UPV/EHU, la mayor parte de los cometas son una acumulación de polvo, rocas y hielo que en su recorrido por el Sistema Solar se acercan al sol. Esto provoca que se calienten y expulsen agua y otras moléculas, produciendo a su alrededor una especie de aura brillante y a menudo colas de gas y polvo. Estos gases actúan como los propulsores de una nave espacial para dar al cometa un impulso que altera ligeramente su trayectoria. Pero 'Oumuamua' no tenía esa cola característica, era demasiado pequeño y no pasaba lo suficientemente cerca del sol para que se produjera la reacción descrita.

Ante esta contradicción, los autores recurrieron a varias investigaciones que se remontan a los años 70 del siglo pasado que demostraban que cuando el hielo es golpeado por partículas de alta intensidad similares a los rayos cósmicos, se produce hidrógeno en abundancia. Y eso es precisamente lo que le ocurre a los cometas en su viaje por el espacio, que sufren una especie de 'cocinado cósmico' que genera hidrógeno y este daría el impulso para cambiar la trayectoria. En un cometa de un mayor tamaño, esto no sería suficiente para explicar esas aceleraciones, «pero debido a que 'Oumuamua' era tan pequeño, creemos que en realidad produjo suficiente fuerza para impulsar esta aceleración», concluyen. Una explicación más sencilla que la hipótesis de la nave extraterrestre.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad