Secciones
Servicios
Destacamos
El ser humano volverá a pisar la Luna en 2025. Si todo sale según lo previsto en el programa Artemisa, en dos años una mujer llegará por primera vez al satélite terrestre. Habrán pasado más de 50 años desde que Neill Armstrong lo hiciera por ... primera vez en 1969. Será un hito que tendrá continuación, ya en la próxima década, con el establecimiento de una base permanente que servirá para futuras misiones a Marte. Mientras todos estos planes se hacen realidad, los científicos siguen estudiando la Luna. La última investigación, de la Academia de Ciencias de China, ha descubierto un nuevo depósito de agua de 270.000 millones de toneladas en las llamadas 'cuentas de vidrio de impacto lunar'. «El descubrimiento es importante, ya que indica que hay almacenada agua que en el futuro los astronautas deberían poder usar y extraer para su consumo», explica Agustín Sánchez-Lavega, astrofísico y profesor de Física Aplicada de la UPV/EHU.
La presencia de agua en el satélite terrestre no es una novedad. Aunque tras la misión de 1969 se pensó que la Luna estaba completamente 'seca', misiones posteriores confirmaron que se podía encontrar agua en cráteres ubicados alrededor de los polos donde no llegaba la luz solar. Allí, con temperaturas inferiores a los 150 grados bajo cero, se encontraría en forma de hielo en la superficie o a poca profundidad. La gran novedad llegó en 2020, cuando se supo también que se podía encontrar en zonas soleadas.
Hasta ese momento se pensaba que sin la protección de una atmósfera densa como la de la nuestro planeta, se evaporaría y se perdería en el espacio. Pero no. Gracias a un estudio realizado con un avión Boeing 747 modificado para la ocasión con un telescopio, se detectó luz infrarroja en una longitud de onda que solo puede emitir el agua en otro cráter, el 'Clavius'. Se halló en forma de moléculas en concentraciones muy pequeñas, de 100 a 412 partes por millón, el equivalente a una botella de 0,3 litros mezclada en metro cúbico de 'tierra lunar'. En comparación, el desierto del Sáhara tiene cien veces esta cantidad.
El estudio de los científicos chinos ahonda en una de las formas en que el agua lunar habría quedado 'almacenada' en la superficie lunar. Las 'cuentas de vidrio de impacto lunar' son pequeñas esferas o 'perlas' que se formaron al caer sobre su superficie asteroides o cometas. El fuerte impacto generó temperaturas muy elevadas, lo que provocó que se fundieran las rocas y los minerales circundantes. El material resultante se enfrió rápidamente y se solidificó para dar forma a estas 'perlas'. «No nos sorprende que la colisión de meteoroides hidratados contra la superficie de la Luna tienda a implantar materiales como corrobora este estudio. Al ocurrir a hipervelocidad y en un proceso súbito los materiales tienden a enfriarse en esas esférulas de vidrio», explica Josep M. Trigo Rodríguez, astrofísico del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y del Instituto de Estudios Espaciales de Catalunya (IEEC), que no ha participado en el estudio.
Estas cuentas, recogidas por la sonda china 'Chang'e 5', son importantes porque contienen información sobre la historia geológica sobre la Luna y los procesos que han ocurrido en su superficie. Y ahora también porque contienen moléculas de agua, si bien los propios autores reconocen que sería muy costoso extraerla.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.